Monday, November 20, 2006

Muletología, por Ed. Tsé-Tsé 2



Sí. Ya estamos. La parición es lenta pero efectiva. Algo se produce, algo pasa. La Muletología no hace ruido, hace olas. Y eso es hermoso.

Invito a que especten conmigo el libro y el increíble posfacio que para él escribieron las deliciosas María La Marr y Tulia Tormenta. Han hecho de la Muletología una Panoseofía y del Deshuesado un nativo de la bábica región, nocturna: "un murciélago en pos de una abertura" (chicas del posfacio dixit). Aquí el arte de tapa y contratapa, como para que se vaya saboreando la mielina de nuestra dermopatía.

Wednesday, November 08, 2006

Pausa résica



"Heladera résica": Instalación de La Madre-Res en la Estación Alógena, Buenos Aires, 2004.

Wednesday, October 18, 2006

Muletología, por Ed. Tsé-Tsé


Gracias a todos ustedes, el libro "Muletología" ya está en la imprenta y saldrá a las calles y a las librerías en Diciembre!!
La excelentísima editorial que decidió publicarlo es Tsé-Tsé.
El libro será parte de su colección "Archipiélago", que cuenta con los siguientes autores: Roberto Echavarren (Uruguay), José Kozer (Cuba), Lorenzo García Vega (Cuba), Wilson Bueno (Brasil), Mercedes Roffé, Perla Rotzait, Carlos Riccardo, Cecilia Vicuña (Chile), Lila Zemborain, Andrés Kurfirst, Liliana Ponce, Ana Becciú, entre otros.
Avisaremos acerca de presentaciones y eventos asociados...
el muletólogo agradece de nuevo...
(afiche y foto cortesía de Pablo Gallego: http://www.flickr.com/people/micuenta/)

Monday, June 05, 2006

PARA PUBLICAR LA MULETOLOGÍA


CAMPAÑA DE VENTA ANTICIPADA CON EL FIN DE PUBLICAR EL LIBRO MULETOLOGÍA. CONSULTAR FRAGMENTOS DEL LIBRO EN: http://www.fotolog.com/libreria_byf.
PARA MÁS INFORMACIÓN SOBRE CÓMO COMPRAR EL LIBRO ANTICIPADO Y CONTRIBUIR ASÍ A SU PUBLICACIÓN, POR FAVOR ESCRIBIR A zensalzano@hotmail.com.

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MUCHAS GRACIAS!
XENO NUMANTIS
(DIBUJO POR DAVID KLAUSER)

Sunday, May 07, 2006

Pluma de Maat, Magia Pan-Aeónica y Lengua Verde

Las derivas continúan:
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Amigos!

El eón de Maat (en el que resuenan de nuevo los cultos estelares), según Ripel, debería aparecer en el año 3000. Pero hacia allí vamos (o estamos cada vez que di-osificamos: Deshuesados). La nueva consistencia (acaso la nueva carne del dios, del Manikhem) está en su pluma. Maat, la ligera: ella tiene el vuelo, el aire (pero el aire encendido, la ligereza ígnea, el fuego aéreo), pero también tiene el agua (el flujo, el kala, el rocío). La Tierra se infla así con los elementos en plena resonancia espiralada. La hierogamia de Maat, con su báscula, no es entre el Padre y la Madre, sino entre los hijos y su madre (entre las intensidades y su onda virtual), como bien dijo Julles ("tú no eres mejor que yo, ambos somos niños"; "la Virgen autofecundada que nos va a trasladar todo su poderío al hacernos crecer para ser su hijo-consorte"). El devenir-mujer, el devenir-niño, el devenir-animal, el devenir-molecular, el devenir-imperceptible. La magia maatiana está en ciernes. Las políticas de la brujería aún están por erigirse, por desplegarse. Nosotros, los brujos, lo sabemos bien.
abraZos
Xeno J.


Para completar:

La Maat magick, cuyo empujón fundamental lo dió Sorror Andahadna, mejor conocida bajo el reducido nombre de Nema (descubierta por Kenneth Grant a principios de los 80 en su libro "Outside the Circles of Time" y considerada como el canal de la diosa Maat, como Crowley lo fue del dios Horus), tiene un concepto que es el de N´aton (atón-itos, dijo Julles): conexión de lo individual al universo y viceversa (directamente y no según partes), a través de los infinitos e intensivos nadis estelares. Dice: "a la raza humana y más allá". Esto conecta directamente con "toda fibra es fibra de universo" (Deleuze) y con aquello que decía Bergson en su Evolución Creadora: "Siempre hay un hilo para vincular el vaso de agua azucarada con el sistema solar". Como comenta Deleuze: "(...) cuanto más firme es [el hilo], cuanto más la duración desciende en el sistema como una araña, el fuera de campo realiza mejor su otra función, que es la de introducir, en el sistema que nunca está perfectamente cerrado, lo transespacial y lo espiritual". Es lo que él llamaba: la fe en la inmanencia, el inmanacionismo (a diferencia del emanacionismo). Así, Nema considera los ordenamientos eónicos (en cualquier corriente: maatiana, caótica, estelar, thelémica, etc.), no como un ordenamiento lineal-cronológico, sino como una simultaneidad aiónica: "Quiero decir, que en algún lugar del mundo hay personas que viven y sienten bajo la influencia de Aeones diferentes. En lugar de modelos lineales o incluso acumulativos, el modelo de desarrollo mágico que creo que se aproxima a la realidad yo lo veo sin tiempo, eterno y presente" [aquí en estas dos últimas palabras se ve la falencia que reside en carecer de otros conceptos; sin embargo, el deseo de salir de esos modelos es patente, pues aún presente y eterna, la potencia es virtualidad de creación y no posibilidad cualitativa dada para siempre: Deleuze, Bergson, etc., son los caminos para desembarazarse de una vez de esos resabios en la magia incluso más fugada]. Ella va a llamar a esto Pan-Aeónic Magick (resonancias spinoziano-deleuzianas clarísimas). Increíblemente phillip-dickeano también (y por extensión espermo-gnóstico) --ver el ensayo de Dick llamado "If you find this world bad, you should see some of the others" y su teoría de las dimensiones superpuestas). Para terminar, como otros magos contemporáneos (Spare, Grant, Falorio), enfatiza la creación, la producción de lo nuevo, y esto es lo que hace, como ya dije, que su Pan-Aeón no sea arquetípico sino abierto. En suma, si la pluma intensa de los flujos en la testa de Maat despuntaba con todo su vuelo (el vuelo de los pájaros y su lenguaje -sabrán que verde aquí es Venus), la magia maatiana acontece como la panícula simultaneísta, transespacial y aiónica (el Aión paradójico y simultáneo de Deleuze y el Pan-Aeon mágico y simultáneo de Nema) que rizomatiza las "políticas de la brujería" y el "compromiso bárbaro" alogenésicos, hacia la pragmática imprevista de los brujos siríacos.
abraZos
Xeno J.
Si alguna vez me hubieran dicho: deseá una tribu, hubiera deseado ésta, así que debe ser que la deseé en secreto, digamos que secretando (decir esto ya es un lugar común para nosotros pero es también una morada). Y me refiero a ustedes, perfórmatas del sintetizador-mundi, y casi no puedo creer que ocurra con esta velocidad y persistencia, desde el primer mail de contacto que Julles me enviara con una devolución cifrada (¿gaviot?) de Ovnipersia, hará dos años. Y me refiero también a los últimos mails que circularon, ya de carácter netamente astroalquímico, sin más concesiones literarias. Pero en todo logro hay siempre una trampa que te investiga por el rabillo o por la ranura, con el rabbit y las ranas balbuceando, desde una extenuación o agotamiento receptivo, que lee pour toi las congelaciones.
Lo luminoso y solar no es agresivo ni viril, menos aún patriarcal, sino dulce, fragante, es el sol evaporando los aceites de las plantas y el perpetuo abejar en las fibrilaciones del párpado (la lisergia conoce el sol del abejar). Entonces tampoco es lo verdadero ni lo moral (molar) sino aquello leal a la fragancia, a la digestión amorosa del Agente (Fidele d'Amore). A veces el mito según Thelema da pautas obtusas de lectura si nos quedamos con cosas del tipo Osiris y Cristo solares y Hekt y Kali lunares y a la bolsa. Digamos que esta Tierra no conoció culto femenino más fuerte que el que tuvo lugar en el seno del cristianismo gnóstico de la courtoisie medieval con su culto del joi y la feminización compulsiva del guerrero-trovador. Y sus alegóricos tantras de la Rosa están allí tan presentes que dan pasmo. Cristo no es solar, es el andrógino (al menos en el hermetismo más refinado (rosacruz), y la cruz del calvario es un tremendísimo falo mientras la rosa es una kteis ultra-humectada.

No estoy seguro qua la variación de eones pueda entenderse de otra manera que nos sea Paneonics, es decir, no una sucesión de antes / después, sino una panespermia simultánea de todos los eones en un golpe de self-enjoyment. El carácter opositivo de lo lunar-estelar vs. lo fálico-solar es la parte congelada de algo que más bien debiera llevarnos a tocar, por digestión (glandularmente), la fun(di)ción pre-judicativa de la materia prima. Incluso no sé si habría que desear que Deleuze, nuestro maestro filosófico, esté juzgando allí qué corresponde o no decir, porque a lo mejor en cierto plano deviene El Obstructor y convendría olvidarlo, incluso traicionarlo.

Me investiga esta cuestión de la Langue Vert, estoy siguiendo sus huellas embarradas por el Languedoc (Langue D'Or), y cuando tenga algunos hilos mejor pespunteados, me gustaría compartir algún mail al respecto porque mes amis, eso no tiene fondo ... es de una riqueza que empaña la visión y decir que esa riqueza pertenece a cierto eón pre-determinado y pre-condenado porque florece por cultivos crísticos sería una pena. Au contraire, es tan feminoide y amaneradamente "glam", que Yeshua y Sophia parecen sacados de un panteón rococó de invertidos. Pero lo interesante no es ni siquiera que sean invertidos o rococó, ya que no nos interesa la perversión, sino que te desmienten talentosamente paso a paso. Lo solar, cherries, lo saben, es un jugo, una sustancia, no una cadena metafórica patriarcal, cronologizable, luego asignable a un signo zodiacal identificable a ese cierre conceptual, y es ese jugo mineral anoético y libre (soma) el que comprende a su vez lo lunar y lo despierta, el mismo que borra los contornos con respecto a dónde empieza uno y dónde termina lo otro. Con.fusión (Daath) que es Conocimiento del joi: "y Adán y Eva se conocieron", nos dicen en ese momento. Digámoslo: los cabalistas y gnósticos se persignabam mucho menos de lo que se nos hace creer, really.



En definitiva la kteis, como algo aparte y separado de nos, que al fin tendría que venirnos del exterior, no nos va a dar nada que no hayamos podido darnos, sacarle a nuestro falo, porque está él mismo recorrido por una intensidad pasiva, kteica-ctónica, que hay que extraerle. No hay lanzazo (falicismo) más amanerado, más desviado y lateral, que aquel que extrajera sangre y agua del Xristo, como lo viera Lezama, que es por donde el ver se vuelve tacto. Pero ver o tocar eso, como cantidad hechizada, ni siquiera nos transforma en gnósticos, sino en criaturas de la gracia, ya no impota de qué eón, o en tanto es una experiencia paneónica indiscernible.

Bien, sólo este leve reparo con respecto a vuestros mails, aunque sé que coincidimos en realidad, porque esto sigue siendo para festejar las concrescencias en las que seguimos entrando sin pausas, como buenos surfers del olam.

A las brasas!,

KarnaK

Querido Nak y todos:

Pero ¡claro! Claro que coincidimos. Qué otra cosa es Ma´at sino la báscula previa a lo solar o lo lunar, el flujo-materia de la resolana lun(d)aática. La historia y lo paneónico existen en simultáneo (a ritmos distintos, pero conectados). La kteis no se enfatiza más que por razones de Histoire, de insistencia actual. El hacer esto no quita la vista de la androginia primal (a nivel paneónico): tanto hígado del Baphomet no ha sido en vano, no se olvida. Lo crístico no quita lo bailado, y el deshuese surge por doquier, en medio de la cena pánica o el concilio vaticano: siempre existe la virtualidad del descuadre. No hay juicio en Deleuze (nunca dijo qué o cuándo: se traiciona sólo, no necesita de nosotros). Cuando lo solar detiene u obstruye, se lo menciona; cuando lo lunar detiene u obstruye, también. Es una cuestión de mareas (altas o bajas). Claro que el falo es atravesado por la intensidad ktéica (qué otra cosa es el devenir-mujer). Si se menciona a la kteis, creo, es simplemente porque mueve tipologías transhistóricas, no oposiciones del tipo Solar-Lunar (lo Solar puede ser el bloqueo, incluso cuando lo lunar es Solar. En cambio, lo solar puede ser lunar, siempre y cuando no sea Solar, etc.). Si sigo citando deleuziadas es porque creo firmemente (o sea que me pueden criticar a salivazos) que Deleuze, leído "pre-judicativamente" o "pre-aléticamente", siempre es una Abertura. El Obstructor se lo dejo a Abraham. Por eso, cuando digo Ma´at me estoy refiriendo precisamente a eso: la ligereza y el equilibrio dinámico que "ella" permite o abre, conecta lo solar y lo lunar en un chispazo de Universo. "Indiscernible" no alude a otra cosa: la dialéctica ya ha muerto. Ni siquiera cuando parece asomar, asoma: ya estábamos en otro lado.
¡Por supuesto que coincidimos!
¡No puedo dejar de agradecer el primer párrafo! Es un afecto demasiado fuerte para mí. Acaso algún día me merezca la parte que me toca (si me toca). Ahora sólo puedo seguir, con alegría y terror, el ritmo que me exige esta fuga.
AbraZos ilimitados,
Xeno J.
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Continuará...
La Pan-Aeónica crece.

Friday, May 05, 2006

Muletología, Alquimia y Sethianismo del siglo XXI

Mis queridos muletizados, para alegría de los eónes por venir transcribo aquí las nuevas derivas muletológicas en formato E-pistolar (pistilos electrónicos):

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Co-locutóricas:
he aquí el fundametal ejercicio del alquimista ...




que sirva de prueba para la muletología alquímica de la Hermandad del Nostoc ...
hasta las heces,
DamKar

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Pero volviendo a lo Plúmbeo de saturno de que hablábamos, qué loca sincronicidad pero justo también cuando está relacionando lo de Saturno y el plomo, también hace tiempo leí que Saturno es los Huesos. Lo cual por supuesto me hizo derivar a la Muletología. Pensé en el Muletólogo. La última vez pensé a la Muletología como una apoteosis fosfórica en detrimento de la capacidad osificante. Ahora bien, el segundo nombre de Venus es Phosphorus. El Muletólogo y todos sus engendros no son más que una maravilla venusina, un relicario de joyas putiformes. ¿Y la sombra de los Huesos? Saturno, el Pater al que el muy gnóstico amigo parece tener bajo control, pero ensombreciéndose. El famoso hueso obstructor en la garganta del Can. Es el precio a pagar por fagocitar el Padre.

Sin embargo el niño luciferino va más allá. Embuido en una cuna moderna derroca al Padre no como los antiguos "yo seré como Tu", sino como los modernos "tu no eres mucho más que Yo, ambos somos niños". Fuera-de-Origen. La muleta, trasfondo eclosionado de la autoridad, emerge como una secularización micropotenciada y diversa, de chispazos fosfóricos que apenas si dejan restos osificantes. (Puesto que osificar tarda mucho y el fósforo se consume, y es lógico que para tender a una avanzada muletológica se privilegie mantener vivo el fuego quemando todas las naves, fugaz y fugitivamente). Pero pienso, en calidad de partidario muletológico: ¿de dónde sacaremos una potencia venusina tal, una madre tan poligámica e incestuosa que nos permita esa deglución del padre? Un incesto escondido en el cesto de la basura. Hace mucho ya que no somos el Halcón, "el toro de su madre". Nuestras madres no fueron Hathoor ni mucho menos Nuit, la Virgen autofecundada que nos va a trasladar todo su poderío al hacernos crecer para ser su hijo-consorte.

Sólo en ese mundo vive un universo muletológico. Hace unos años Xeno escribió: "¿Cómo pijonear la ponzoña?" Por allí venía encaminado, el Sothis que olfateaba en el otro polo a la Constelación de Escorpio. Ese veneno es el Elixir que permitirá trasmutar el plomo del Padre. Pero, siglos de Osirismo, y siglos de Solaritas empecinados, miramos ahora atón-itos a nuestras madres y mujeres débiles y cuarteadas. La vaca boba. ¿Tendríamos entonces que pensar en un setianismo del siglo XXI donde la Lanza de Set reviva al cuerpo debilitado de la madre, pijoneando la ponzoña, y así, el maltrecho Set pueda recomponer una corriente ofidiana??????? Pero calculo que todos, más allá de lo cercano, también podamos pensar en nuevas féminas, amigas, que también vienen marchando lentamente. Y cómo vienen!.... En verdad, nosotros no podemos ni llegar a concebir el poderío desatado de la kteis. Sólo podemos comenzar, hoy, por muletizar.
Love & kath
Jules

Julles:

Increíble tu interiorización de la muletología. Si pasar del avatar fosfórico a la comprensión de que evadir la osificación no es fácil, y que por ello demanda muletizaciones constantes, del tipo "quemar las naves, fugaz y fugitivamente, para mantener vivo el fuego" ya me produce euforia y entusiasmo, al constatar las geniales lecturas interválicas que se están realizando de la empresa muletológica, más me producen las alusiones a la vibración feminoide que nos supera por todos lados, a ese "poder desatado de la kteis", de la yoni, que también es el ayin, el ojo de Kali. Y claro: la muleta (esa secularización, como decís) es un paso que debe dar lugar a aquello que es irreductible a ella (aquello que le da su movimiento y existencia): el flujo, la baba, el menstruum (la leche no es más que el resto de la operación inmaculatoria que el Tajo realiza sobre la mácula de este infinito Kama-Kala: flujo del deseo estelar; una faceta cosmética del chorro ktéico, de la corriente yónica -incluso no está de más agregar que tanto el menstruum como la leche son, ambas, efectuaciones de la baba celeste, el pringado riego de los nadis estelares --o térreos, pues, claro, está "entre los espacios", en el hiper-espacio, zona ecológica potencial-virtual de las cyano-bacterias moleculares).

Si aún nos faltan fluxores, si nuestras rapsodas acaso están eclipsadas aún por madres exangües, también es cierto que hace falta jabalina, pues en ese proceso no es sólo la madre la que revivirá sino también el sethiano, el que pijonea, desentumeciendo su da(r)do lelo: "entumecida pijonea la ingle en su ponzoña", era la frase, y sí, pareciera errar el blanco, la kteis, golpearse con las paredes, los marcos del umbral, la ingle. Como un perro o un caballo que necesitara ayuda para "ponerla", para "dis-ponerla" (otra traducción de agencement según Dardo Scavino), buscamos el amuleto que desate esas fuerzas; y lo hacemos, hoy, muletizando. Si la primer fase de muletización puede ser practicada en una posible técnica de visualización muletológica como ésta:

1) Imaginar los huesos, el esqueleto.

2) Luego, imaginar una cantidad de muletas que correspondan a los principales huesos del esqueleto suspendidas en el aire frente a nosotros.

3) Acercar las muletas hacia nuestro cuerpo hasta que se yuxtapongan exactamente con nuestro esqueleto.

4) Comprobar que nuestros huesos no difieren de esas muletas, que ellos siempre fueron muletas, sustitutas, y que el universo se compone de sustituciones al infinito.

5) Sentir nuestros huesos perder su peso para adquirir la flexibilidad, la descomponibilidad de una muleta, de una prótesis.

Si esta es sólo la primera fase de muletización (y que continúa con la traslación de la estructura ósea a las demás organizaciones, significaciones y subjetivaciones existentes, para realizar la misma operación muletológica sobre ellas), no puede quedarse en ello, pues, como bien intuís, las muletas, aún si interiorizadas en los huesos, no dejan de ser momentos inmóviles de una sustitución infinita, instantáneas tomadas de un movimiento aún más fugaz: la mixtura perdigonal, los rapsódicos flujos de extranjería que, detenidos, fijados por una percepción fotogramática, aparecen como muletas, partes inmóviles que, unidas, formarían la ilusión de una continuidad sustitutiva al infinito. El error está allí, claro. Pensar el movimiento de "sustitución infinita" a partir de inmovilidades, aún fugaces, irreales en sí mismas, como las muletas. Ya la palabra sustitución evidencia este desliz. El movimiento real es kálico, bábico, interválico --y es la condición de realidad o efectuación de la sustitución, en un determinado nivel (el más muletizado), y de la osificación, en otro nivel (es decir, el momento en donde, incluso la artificializada sustitución es detenida para fijar puntos coordinados de referencia y ordenación de su infinitud: los huesos, los cuales son organizados, luego, en estructuras óseas más abarcativas y útiles a la acción cotidiana)--:

Aún si acercamos dos momentos muletológicos -dos muletas o una muleta y un hueso- inmóviles e instantáneos de una sustitución infinita, el flujo rapsódico (escualo o amanecer de la Baba), la divina Mamana se nos escapará, pues ella está en los intervalos; no es un estado de la sustitución -una muleta- sino la variación misma, no-estrática.

Así, ese primer "Rito de visualización muletológica", debe dar paso a los "Rituales del poseso", con fluxores y rapsodas, con kteis y Vama Marg, con Babalón o Kali. Ese Elixir, esa tintura, es un fluxor. También lo son ciertos alimentos, tallos, raíces. Y, claro, ciertas Suvasinis (las amigas que "vienen marchando lentamente"), ciertas féminas cuyas kteis son griales en los que se arrebola y se concentra el disparo o rayo kálico de Sirio-Sothis, cuya efectuación son los flujos bábicos, en forma de menstruo o come (así, entre la Lanza sethiana que busca despertar las rapsodas y el Grial de la kteis de éstas, tenemos nuevamente la Gracia gnóstica que Nak invocara en los mails Manikhémicos). Entonces, fluxores bajo la forma de bebidas o elixires, alimentos vegetales (o carne de los dioses), féminas aureoladas: casi un Ritual Pancatatwa erigido en los confines de un devenir-moonchild...

La a-muletización, la elevación hacia las vibraciones de un talismán, la nueva consistencia (como los Nostoc) de esos flujos, la espiral de los pulsos: el talismán, la pluma encefálica de Ma´at, la pluma intensa de los flujos. Ma´at no es una mera organización estrática del cosmos. Ella puede ser la cifra del nuevo Eón, como trasuntara Ripel: una consistencia nueva, sostenida en el movimiento real, el de la hiperbórea aleta de tormentas. La magia maathiana es la PLUMA intensa de los flujos: el talismán ligero, el amuleto aéreo (y que puede resonar con el lenguaje de los pájaros que tanto reivindicaran Nak y Rafael en los últimos mails: ese cifrado del Gaviot que hasta René Guenón comentó, en su "Símbolos fundamentales de la ciencia sagrada", uniéndolo a una "ciencia del ritmo", el ritmar los avatares elementales del caos: acaso un ritornelo caósmico, y que fué llamado también lengua siríaca).


Me fascinan todas las lecturas que hacen de la Muletología. Si algún día sale el demorado libro, quisiera textos suyos (como estos) que operaran de escoltas o consortes -intercesores- de su salivar, Vibración que, "con la infinita inmovilidad del caracol, deja tras de sí un sugerido pero intangible camino de baba" (MULETOLOGÍA. Parte I. Manual Abreviado de Muletología. Apartado 4. La Mácula).
AbraZos amigos!!!
y espero mi carta astrobábica Julles...
Xeno J.

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LA FIESTA CRECE.

LA MULETOLOGÍA SE VUELVE HIPER-MATÉRICA.

LAS "POLÍTICAS DE LA BRUJERÍA" (DELEUZE - GUATTARI / MIL MESETAS) Y EL "COMPROMISO BÁRBARO" (GUATTARI / CARTOGRAFÍAS ESQUIZOANALÍTICAS) CONSTITUYEN LA NUEVA PRAGMÁTICA MULETOLÓGICA, RÉSICA, PATAFÍSICA, ALOGENÉTICA.

Wednesday, March 15, 2006

La Máquina Alogenética (cadena maquínica de mails en torno a la Muletología)


He aquí, por fin, la máquina alogenética (alusión a la Estación Alógena: lugar físico -y fluídico- de Buenos Aires y plano de consistencia por el cual pasan las intensidades que mencionaré a continuación).
Se trata de una cadena de mails desencadenada a partir del proyecto muletológico, y en la que se trazan conexiones maquínicas -de materiales diversos- con la muletología, de tal modo que el encuentro o agenciamiento en el que ingresan les brinda nuevas relaciones de velocidad y lentitud, situación que catapulta el proyecto a nuevos devenires insospechados. Los participantes (intensidades) de esta serie son los (las) siguientes (los nombro según las intensidades que los hacen funcionar en cada caso, en cada conexión): Nak Ab Ra, A.Lucio.A., Julles A., Nak Eli Star, DamKar, BenavideX, Samhek, Poká ra, Xeno.
LA MÁQUINA ALOGENÉTICA:
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Celebro desde las sierras el nuevo Blog.
¡Y la configuración de esta nueva ciencia cuya necesidad tambien se hacia sentir!

abrazo
A Lucio A
(murts)ALucioA(rgentum):

se agradece... como diría un patafísico (¿se me permitirá la cita?), la muletología ya existía antes de existir. A investigar!
abrazos (Astrum Argentum)
Xeno
Divinos:

Que lujo!

Quiero inolvidar una posible declinación.
Pero antes voy participar a todos de la respuesta patafisica (casi una broma que se manifiesta en la parafrasis) que di en su momento a Juan
La muletología es la ciencia cuya necesidad se dejaba sentir.

Bien ahora quiero volver sobre una posible implicancia tangencial del derrotero especulativo Muletología -- A-Muletología...
Sospecho que será necesario atender el siguiente momento de lo que puede ser una serie (si este tercer elemento realmente se conecta)

À-Muletologia.
Manifestando esa "à" la cone-(x)-ión pitagórica... el siemre presente "Àlogon".

Seguiré luego, estoy cuidando a mi sobrino de 9 meses.

Aº Lucio ºA
À-muletología

Implicaría a mi entender la irrupción de ese Àlogon.
No tanto la irracionalidad como la diagonal.
Diagonal necesaria para disparar de toda ortogonal.
De ahí que la ortopedia...

Cuando llegue a BsAs continuo.

Atte.

AºLucioºA

AMIGOS!

Como me gusta esta súbita muletización de enero. Algo que estaba rumiando hace tiempo es ver qué pasaría si extraemos de la tabla periódica los pares CALCIO—FÓSFORO. Como se sabe, todos los huesos, como materia viva tienen variadas proporciones de los dos. El fósforo es la clave del movimiento, el fuego-luz, y genera el desarrollo de la inteligencia en los seres vivos (un exceso de fósforo trae también una disolución de los huesos: o sea me pregunto ¿El Deshuesado y su pequeño libris sobre La Baba Que Amanece no será una ansia admirablemente fosfórica, como estancia hacia una nueva osificación sutilizada??? Luego, el calcio es visto como lo osificante. Ambos son reactivos y complementarios sobre el otro. Un equilibrio orgánico se da entre los dos en orden de generar una estructura. ¿Cómo hará la muleta, una vez emancipada de la forma-hueso para muletizar a su vez los pares calcio-fósforo, al generar nuevos esqueletos, claro está desde su pasión por entalcarse? ¿Qué nuevos y misteriosos procesos desarrolla secretamente la muleta, más allá de los huesos, en orden de generar esta descomunal muletización de las formas que vemos día a día?

Julles A.


" ... a pesar de la inagotable variedad de la Naturaleza, el elemento Calcio, el elemento Oxígeno, por lo menos, unen nuestros modestos huesos a lejanísimos Soles. Entre ellos y nosotros no ha podido nunca todavía decir la Astronomía: aquí comienza otra materia".
Merleau-Ponty, Cosmología del siglo XX.

Sugestivas observaciones, Julles, ya que el calcio es uno de los elementos primigenios que viaja por el cosmos desde el "inicio" (Bhang!), de donde puede entenderse la fascinación que se siente al trazar una línea de tiza sobre una pared o un piso, como lo saben las brujas y los niños, ya que a lo mejor invocamos el trip del calcio a lo largo del cosmos hasta nuestra Célula, o es que estamos haciendo pura cosmogenética con la punta de la tiza, una cosmética de arcontes. Releer sino ese capítulo de Paradiso, de Lezama Lima, donde se narra largamente el misterioso acto de caminar haciendo pasar la tiza por las paredes de las casas ...


"Después" de su turba por el gas estelar, el calcio entra al hueso, lo osifica, de donde la quiddidad del hueso o su infinitivo estoico puede ser el "calcificar", infinitivo donde se instala el particlo de caosmos como cayo endurecido, fijo, pero instalado a su vez en una tiza menos (c)osificada (calcio portátil), de donde ya no podemos evitar la sensación de escribir con huesos y estrellas, cuando usamos la tiza ritualmente o sobre una pizarra negra, el firmamento pedagógico ... y por incierto la luz estelar desde el punto de visión etérico es de una nívea tización azulescente ...

... pero no habría que olvidar los dientes! ... el calcio también instala su particlo en la dentadura, ella también es de su phylum ... y la letra "shin" en la Cábala Hermética significa "diente" pero también implica el elemento fuego! ... ¿fuego y diente, fósforo (fuego) y calcio? A lo mejor hay una interfase entre el calcio y el fósforo en el diente hermético, que es sobre todo esa tilde de esperma, el "logos spermatikos", el esperma metálico, el tan temido colmillo que crece! ... Por supuesto Phosphorus es el nombre de Lucifer en griego, el portador de la Luz, en un sentido puede que sea El Ermitaño, mientras que el calcio, en su endurecimiento extremo, puede que sea La Muerte ...
Las relaciones entre Fósforo y Venus son ya clásicas, al punto que Netzach, en la Cábala, es la esfera de Venus y el Fuego al unísono, Venus y Lucifer, ¿cómo es posible? El punto de equilibrio dinámico entre calcio y fósforo es de una cualidad viscosa, ya no ósea, más bien aquel esputo de luna o este esperma metalescente, de donde el Deshuesado bien puede ser un Agente de Licuefacción burroughsiano (¿El Ermitaño tendrá cuerpo, esqueleto, bajo su manto, o será una pura iod inseminada, un protoplasma, una Célula?).

Pero la cuestión es que los dientes ya son de leche (aunque los hay de oro ...), la leche es del calcio estelar y nuestra galaxia es la vía láctea, ¡cómo no habríamos de presentir tantas cosas en las tizas, en los huesos, en el diente, en la leche! Sin dejar a un lado la sal de azufre o ese polvo blanco que queda del Deshuesado, no sólo pasaría a ese ser espermático, sino también a esa sal azufrada que bien podría brillar de tratársela con luciferasa (el fósforo). ¿Acaso lo propio de un hueso portátil, tizantena, y más aún del esqueleto, no es fosforescer, el esqueleto fosforescente no es el epítome de lo animé?

Calcio, Phosphorus, leitmotivs para una cosmología a-muletológica física/metafísica ...
... el problema no es la metafísica, sino carecer del "espíritu" suficiente para transformarla en física, en manifestación ... cuestión de alquimia perceptiva, bioquímica, glandular, etc. ...

Desde la tización de lino,
se teje
naK ab Ra


"... patógrafos: aquellos que emiten señales intermitentes ... los que saben deletrear bien su propia enfermedad. Estos sí no leen Obras Completas sino efectos parciales. En esos efectos están contenidas infinitas posibilidades (tal vez las más ricas, las más extrañas).
Es la sensación de felicidad que deja, también, este tipo de trabajo: la del agotamiento; no hay lugar para que el sano sentido descanse (la utopía agota).
Queda entonces preguntarse: si éste es el caso del tipo vanguardista, en lugar de definirlo por lo que anticipa o lo que vendrá, ¿no podría ser definido, al revés, por lo más ancestral? ¿No es él, acaso, el que desde los tiempos de un muy viejo pictograma se ha venido distribuyendo por todos lados, incluso en los huecos de la frase o en los silencios históricos de la literatura? ...
Algo que podría definir a la vanguardia como una operacón que no tiene épocas ... esto tal vez tenga que ver con una lírica, con una forma -cómo llamarla- "orgánica" ...
... cada escritor aplica, de hecho, determinado tipo de procedimientos para convocar cosas. Cosas que aparecen súbitamente a partir de la más impensada combinatoria de letras ... si la vanguardia se busca como trabajo de laboratorio, del interior de alguno de sus manuscritos algún día puede salir un Aleph o la pequeña piedra filosofal ... ¿magia negra, magia blanca? Depende del tipo de procedimienos que se apliquen para convocar cosas ... como si fuera un mapa donde el lector ancestral viene bajando bruscamente desde el macizo Corpus Hermeticum y éste se le derramara, de pronto, hoy, en una multitud de formas que se confunden en distintas redes botánicas: desde el arcaísmo al hipergongorismo, del grafismo al concretismo, del grotesco a los idiolectos y al filosurrealismo, y, por último, a la ficción teórica."

Héctor Libertella, Ensayos o Pruebas Sobre Una Red Hermética, 1990.

Habrá que tener muy en cuenta la continuidad de los viejos Argonautas en los actuales Orgonautas alógenos ...

Nak

aún resto mudo, mas un humilde (milder wehen zephirs flügel) atizar el foso, foro a báquicos labios: muleta en griego se dice bactería (idem báculo (bacilo))+(haciendo gala pronunciación de bach).
poká
ra

Y huesos sin carne, claro.

A-Esqueletos de (¿para?) un no-cuerpo
B-No-esqueletos de (¿para?) un cuerpo
n- X

¡día a día ver=tocar!

¿Orgánico? no-orga-no

A.Lucio.A


Hiper-Muletólogos:

Asisto fascinado a los nuevos desarrollos que ha desencadenado la pequeña empresa muletológica. Me pregunto si sería posible publicar en el blog la cadena de mails, una vez que acabe con los principios básicos de la muletología y con los primeros punteos del Deshuesado, de tal modo de abrir la ciencia a nuevos disparos alógenos, résicos, patafísicos, manikhémicos, etc... si ustedes no se oponen, claro está...
Me intrigan mucho esos desarrollos del calcio-fósforo (como los tensores físico-químicos de los principios osificante y di-osificante), así como también la apertura cósmica, celeste, de las redes óseas... precisamente, pareciera que un análisis químico exhaustivo revela la afluencia de las estrellas en las componentes de un hueso... y así patinamos por un tubo de resonancias en el que toda fibra es fibra de universo (Deleuze). Si el Universo es contra natura, entonces es muletológico: el hueso se emancipa de su forma (siempre estuvo el tuétano de su altervitancia, el esbozo cartilaginoso mostraba ya la flema virtual de su hierático carbunclo).


En las cavidades medulares del cachorro huesudo, despunta de súbito (de cúbito) la baba muletológica (el amanecer de la Baba, como bien nos recuerda Julio, la tortura retráctil, "ese deseado pistón / irradia gemidos como baba que amanece" --Muletología, Parte II: El Deshuesado). Y claro, hay que evitar la dualidad hueso-muleta (no se desecha una punta por la otra; se modifican sus relaciones, el entorno, el medio en el cual funcionan, y por eso la diagonal, claro Lucio, y la ortogonal, la ortopedia, las or-denadas, los or-dinales). Se intuye ya el hervor, la latencia, la palpitación fosfórica de la bacteria que menciona Román, el bacilo di-osificado como báculo (sí, el infeccioso rubí, el carbunclo rojo... "basta entonces con un gérmen / un mero bacilo sin cobija y lejos de la higiene / para integrar el marasmo desarmante / reanimarlo con sabor a tajo cocoliche, y delirarse" (Muletología, Parte II: El Deshuesado).
Permítanme publicar sus exploraciones en el blog muletológico, resultará indispensable material de primera mano para los futuros adeptos. Y al adelantar en el Tarot misceláneo, inyectaré su néctar en el ya zaherido blog.
Extático, los abra(cada)zoo
Xeno



(Di)osificación = osificación sutilizada, la sutileza de los canales óseos... Julio, me encantó lo de sutilizada... Hay allí una interconexión entre la Muletología y La Nueva Carne. Artaud decía: "gritos que provienen de la sutileza de las médulas. Eso es lo que yo llamo la Carne". Y recordando que "la Muletología solo es la antesala de la Muletología", repito nuevamente a Artaud: "El espíritu sopla fuera del espíritu".
Dominne Anno,
Xeno


Ciertamente, salinon=salinum=salero=selinon=hoja de apio=turba=turbulencia del mar (y casi en el mismo sentido agitación del alma)=salos=saleuô, que a su vez significa agitar, sacudir, oscilar, acciones todas inherentes a la mecánica de los fluídos. En estos casos mejor que osificar, muletizar, retroalimentar la pura estructura sería empezar a fluidificar, chorrear sin rumbo, "inventar la historia líquida y las edades de las aguas", como bien dijo alguien de por ahí. La Alquimia trabaja sobre todo con minerales pero para poder obrar sobre ellos, los ablanda, los licua, extrae los huesos y los separa, los vuelve sal, del griego "salos", agitación, romper de las olas, lo que en nuestro latín más primario se expresa desde fluur, fluuiis, fluenter, fluendi, Tanto Vulcano como Helios nos recuerdan que salamandra es asimismo la sal del conocimiento, indicando de antemano que el conocimiento no admite estructuras, la verbigénesis del loco, le mat, tal vez proceda de Ma´at, un trozo irrefutable del Verbum Dimissum de los inefables templarios y los inescrutables masones, con una significancia poderosa: por un lado la hermanita de nuestro avícola señor Thoth y por otro lado la entrada al antiguo imperio de Egipto; para acceder a los misterios de la Alta Ciencia era menester introducirse a través de Jachim y Boaz, el equilibrio y la fuerza, otra vez los huesos, ya sabemos que Jachim y Boaz son dos columnas y por lo tanto hueso. Pero también lo era Ma´at, se dice de ella que además de diosa era una columna, una pura vértebra o mojón agrimensor que marcaba los límites del Imperio.
Para entenderlo todo lo mejor es volver a empezar. Pero sin ritornelo.Como Ouroboros que siempre vuelve a empezar y está en constante evolución pero sin dejar de ser el círculo y el Cero.
BenavídeX


Ur-Stars; por la mano izquierda de la ur-vanguardia según la red hermética libertelliana que les transcribiera, que atrasa más de lo que adelanta, o que por atrasar sin antes ni después futuriza tanto (in.sentido psy-fi), quisiera insistir sobre los paleozoicos ítems del calcio, que va de las estrellas al hueso, pasando por la tiza, los dientes y la leche (el hermetismo clama por rebelarse en medio de tanta evidencia abierta). Cualquier hueso reducido a polvo es una sal, o me corrijo: una cal, aunque cualquier materia reducida a polvo es una cal en la alquimia (Julles B. podrá corregir o agregar), obtenida por el proceso de la CAL(u)cinación.


Entonces el deshuese, si por Fósforo o tratamiento de luciferasa (Lucifer/Venus), nos da la extraña Cal de Venus. La Cal Viva, en cambio, es algo que podríamos rastrear incluso por las caleras de Palermo, hasta podría guiar una visita a ellas una noche de luna y fosfenos ... Y como si poco fuera tenemos también la Leche de Cal, de donde no paramos de rotar por el tremendo campo semántico de la Ví­a Láctea, que nos lleva hasta la tiza espermática de Lezama vuelto ese escolar pitagórico-gnóstico. En medio de todos los ítems del campo, no habrí­a que olvidar el Talco, porque ciertamente, hidratado, se asemeja a una leche (de magnesia), y así­ nomás, sequito, es el esqueleto de un rito vuelto pólvora (por ejemplo en el vudu más pistolero, de pólvoras y vino seco).¿Y qué nos dan ciertas vírgenes alquímicas sino pura leche, las Vírgenes Blancas, ni más ni menos las Ví­rgenes de la Leche, en contraste con las Vírgenes Negras, las de la Sangre y el Menstruum? Muy rica la leche de magnesia que se hace polvo en la boca, leche en polvo, y ni que hablar la de Hécate, que tiene tres senos que disparan rayos ... ... que esqueletizan a cualquier sujeto del Arte! Una serie deleuziana entonces, para la a-muletologí­a, según su noción descodificada de las series, no analógica ni metafórica, sino vibratoria: calcio - estrella - hueso - leche - diente - tiza - cal - Lucifer - fósforo - esperma - talco - Venus - pólvora - Muerte - rayo, Torre, etc ...........Con respecto a las cartas del Tarot que endilgara a la muletologí­a, bajo la picadura de Escorpio (La Muerte / La Torre / El Juicio), querí­a agregar que también pueden subirse a las estrellas las operaciones alquí­micas, de donde Escorpio rige todos los procesos de Separación, de suma importancia (y Tauro, por ejemplo, el signo del Muletólogo y de Julles A., rige operaciones de congelación, por ejemplo la encantadora "Congelación de los licores de la Luna", ¿no la probaron aún?). Entonces que se trate de la Separación, en el caso de la Muletologí­a, no me parecí­a de poco reverbero, teniendo en cuenta la función vicaria de la muleta en sentido corto y grueso, como lo separado que sirve de apoyo. Me doy cuenta que en el interjuego de toda esta TORA dejamos afuera el primer ariete de nuestras traducciones astrales, La Templanza, el apoyo del arquero (arcoiris) sagitariano, y claro, ya que Sagitario rige las operaciones de incineración, que va muy bien con tus huesos de Kali: con sus cenizas se untan los kapalikas y bhairavas. Y Kali debiera ser parte del panteón muletológico, no conozco muchas deidades, salvo el Barón Samedi, que se cuelguen tantas calaveras y huesos sin ser nunca La Muerte y mucho menos San La Muerte. La cosmologí­a, desde el punto de apoyo del hueso, serí­a cuestión de concentrarse en el calcio como elemento propiciador de todo un phylum maquínico transhistórico, sobre todo para que se comprenda hasta que punto todo esto se trata menos de un asociacionismo libre que de un serial-maquinismo de las totalidades conjuntivas.Hasta la próxima pluma, fuente,
naK Eli Star


Es cierto lo dicho por nuestro (de nadie) alquimista Julles B., ya que de alguna manera se compone a mi pregunta inicial sobre la ciencia muletológica... porque ella pareciera avanzar hacia su propia autodestrucción, licuefacción, disolución, casi como su línea de fuga fundamental, de dondenos preguntábamos si su condimento básico o imán, no sería en realidad la a-muletología, su diagonal de universo anesquelética. Es interesante además, según las sugerencias de Julles B., constatar esarelación entre las muletas y las dos columnas templarias, Jachim y Boaz,Abba y Aima, Shin y Mem, ya que de alguna manera son el más visible apoyo del Templo, es decir de La Templanza, de donde el par columnar es la gran muletilla masónico-rosacruz, en todo lo que haga al templar. Así y todo queda el mercurio, la invisible columna del medio, el pilar del medio, que es fluídico y deshace los otros dos o por lo menos los transmuta.Y esa columna líquida o vaporosa, además, se genera por la columna vertebral, licuefaccionada, del Candidato o Difunto, según El Libro de los Muertos en adelante, en casi todas las iniciaciones mistéricas.
Y ese pilar del medio es una aleación de 7 planetas o 5 estrellas, puro electrum.Si la muletología fuera hacia esa electricidad ódica, está en su naturaleza autodestruirse en 5 seg., como las cintas magnéticas de Misión Imposible.Besante brasa,
DamKar
PD: Habría que considerar a Michel Serres, en su libro sobre la física, un alquimista marino, de la vía húmeda, del baño maría.


Para todas las culturas los huesos tienen un sentido sagrado; sea por inhumación, por incineración, por momificación o por abandono al aire libre, algo se hace con los restos del difunto –para (di)fundirlo en/con la natura-, y los huesos son los restos de los restos, son lo que sobreviven al cuerpo corrupto, son su huella, lo inmortal del cuerpo mortal. El cuerpo también son los huesos, así que el flujo está también en ellos, en la estructura, en lo más corpóreo del cuerpo. Así para ciertas tribus amazónicas es en los huesos en donde reside la médula de la energía, y a la muerte de un personaje importante se liberan los huesos de su ropaje carnal y los huesos son incinerados –o directamente se incinera todo el cuerpo- para luego ser molidos y ser ingeridos por la comunidad en un gran ritual, de modo que la energía vital retorne a la tribu. La disoluci ón de la estructura, su fluidización.
Y si los huesos son lo sagrado hay un hueso que es doblemente sagrado: el hueso sacro -además de sagrado, sacro querer decir: situado en la región del hueso. Es un hueso formado por la solidificación-osificación de cinco vértebras -entre la pelvis y la columna vertebral (la espina dorsal)- y es donde el esqueleto humano tiene menos de humano, donde se parece a un fósil. Y esa zona es tanto de Malkuth -la tierra, el cuerpo físico- como de Kundalini -la energía vital; la base del pilar del medio como la sede de la serpiente enroscada.

Samekh



"Para todas las culturas los huesos tienen un sentido sagrado (...). Y si los huesos son lo sagrado hay un hueso que es doblemente sagrado: el hueso sacro -además de sagrado, sacro querer decir: situado en la región del hueso."

SAMEKH

Fósil sacrificial:


"El enigma que anuda al hueso a su forma es lo que lo hace excederse, ser-muleta, fingimiento. La muleta no viene a reemplazar al hueso, el hueso ya es reemplazo, ya es muleta. Está atravesado por una fractura eterna. Su morada es el seno de los desprendimientos. Su marca o estigma es el sacrificio. Lo medular consiste en que en el sacrificio la víctima es siempre una sustitución de sí misma. Se añade a sí misma como sacra (sacro de la disolución). Apunta hacia afuera sin dejar de remitir hacia adentro, a su fractura, a lo abierto: altervitancia. Lo que excede el hueso es parte de él, pero lo hace otro (es lo otro del hueso mismo). Ese es su carácter muletológico, su estigma sacrificial. Su carácter sacro, mágico, enigmático."

Muletología (Libro Primero)

Azoth para ustedes,
Xeno


Como ya hubiera sugerido en otro mail (junto al recorte agregado de Nak), envío mis selectos (la relectura en otra ocasión) del surrealismo más resonante y exploratorio (no creo que concordemos todos en todos; a ver si envían, entonces y si les place, los suyos):

Proto(dís)colos para una "probable relectura del surrealismo de aquí y afuera".

De afuera: Malcolm De Chazal (IV, El Emperador - Daleth) y su voluptuosidad panteísta, Jean-Pierre Duprey (XIII, La Muerte o El Jinete Negro - Mem) y sus sábanas negras, Gerard Legrand (VII, La Carroza - Zain) y sus caduceos de carne y prefacios al sistema de la eternidad, Maurice Blanchard (XIX, El Sol - Qoph) y sus prototipos aeronáuticos, y la magnética amazona egipcia: Joyce Mansour (II, La alta Sacerdotisa - Beth) y su alquimia de anos áuricos.

Nak, estoy al tanto de que las letras hebreas que aquí incluyo no se corresponden (y exactamente por una carta) con las que enviaste. Esto se debe a que tomé como referencia la tabla de correspondencias de Mathers, en la cual Shin corresponde a "El loco" -el cual figura entre el 20 y el 21, con el número 0- en lugar de a "El Juicio Final"; de ahí que Tau pase a "El Universo", Resh a "El Juicio Final", y Mem a "La Muerte"; veo que colocás a "El loco" como 0 -antecediendo a "El Mago"-, y por eso hacés corresponder Aleph con él; por supuesto, si "El loco" no estuviera en esta tabla entre el 20 y 21, tu correspondencia concordaría con ésta a la perfección... -ignoro cuál es la razón de Mathers para hacer esto que hace, quizá me puedas dar una mano ahí-... pero se me ocurrió probar con esta tabla para variar los resultados y ver qué acontece con el desplazamiento).

Los selectos De aquí: quedarán para próximo mail.

abrazos de antinomio (y vámonos todos a las Playas de mesetas calcáreas!!!!),
Xeno

Más para la Red Hermética:

"Una segunda línea de fuga aparece después cuando el medio asociado se encuentra trastocado por las acciones del exterior y el animal debe abandonarlo para aliarse con nuevas porciones de exterioridad, apoyándose ahora en sus medios interiores como frágiles muletas"

Deleuze-Guattari (Mil Mesetas)

abrazos
Xeno
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Hasta aquí la máquina (aún si es infinita). Repito la dirección del blog en el que pueden encontrarse otros eslabones de esta cadena rota: www.falla-patalogena.blogspot.com.

Wednesday, February 22, 2006

Anticipación de inminentes relevamientos muletológicos

En previos posteos, anticipé la inminente publicación de una cadena de mails en la que se relevaba la muletología. ¿Por qué? Pues está claro que la muletología, al ser una ciencia de la sustitución infinita, depende de su propio relevamiento por otras dimensiones más veloces.
Además, dice Deleuze-Guattari: "Todo pensamiento ya es una tribu, lo contrario de un Estado. Y esa forma de exterioridad (...) del pensamiento -la fuerza siempre exterior a sí misma o la última fuerza, la n potencia- no es en modo alguno otra imagen que se opondría a la imagen que se inspira en el aparato de Estado. Al contrario, es la fuerza que destruye la imagen y sus copias, el modelo y sus reproducciones, toda posibilidad de subordinar el pensamiento a un modelo (...). El pensamiento es como el Vampiro, no tiene imagen, ni para crear modelo, ni para hacer copia. En el espacio liso del Zen, la flecha ya no va de un punto a otro, sino que será recogida en un punto cualquiera, para ser reenviada a otro punto cualquiera, y tiende a permutar con el tirador y el blanco.
El problema de la máquina de guerra es el del relevo, incluso por pobres medios, y no el problema arquitectónico del modelo o el monumento. Un pueblo ambulante de relevadores, en lugar de una ciudad modelo" (Mil Mesetas, Valencia, Pre-textos, p. 382).
Por eso, en el siguiente post (que figurará arriba de éste), se publicará la cadena de mails que no ha sido incluida en el blog de la Falla Patalógena. Para ver aquellos que sí han sido incluidos en la Falla, y que complementan estos, remitirse a: www.falla-patalogena.blogspot.com.

Thursday, February 02, 2006

El Deshuesado (parte II): Testimonio del Deshuesado


Sin duda, lo mío es rebuznar. Podría, por supuesto, aferrarme a las paredes, treparlas. Callar el chillido en la hechura obstacular. Obstaculizar con vendas el advenimiento del megafónico desgarro. Trepar las tripas hasta caerme y enmudecer. Se desplaza el éxito si el destierro no tiene pies ni cabeza. El rebuzne o el indómito testimonio del deshuesado. No hay piedad para los huesos en la nueva sinfonía. Imprecación / Coronación: el precio del éxito. Disuelto. Entre paredes, se demora el sonido, sección anónima, heroica disección para extraer las tripas de su muleta: ya no. Tiene sentido este vacío. Acaso correr. El ocaso hacia el que descorrer el camino: es el precio de. Correr, acaso, el éxito. O mediante algún extraño y hábil ejercicio de metamorfosis, volverme uno con ellas. Con las tripas, con las paredes. Aunados en el éxodo, lo mío es rebuznar. No hay caso. Es demasiado fatigoso. El éxito. Granulación del viaje, fonética del éxodo. No hay más: Ex. Lo sé. No hay ex. Más séxodo. (Aquí habría que esquilar la letra y su casi tanto. No empalar, eso es viejo ya, sino interrumpir la huella al sobrevuelo, las sobras del bozal. De nuevo, la transmisión). Por lo demás, aquellos procedimientos no serían de ninguna utilidad en lo que hace a la detención (o eliminación) del sonido en cuestión. Rupturar el rebuzne, en lo que hace al deshuese. Cuestión de reflotar un olvidado clamor. Inocularán vendas a los cuatro vientos, para aunarme babeante a las paredes. (No hay caso, establece el éxito. Sería yo, simplemente, una pared que rebuzna. Sería un yo, simplemente. Inoculado. Dirán en el éxodo: el títere vendado por dentro, encuentra un atractivo particular en rebuznar detrás –o debajo– de la pintura). No hay caso. Cerrado. Estoy solo y rebuzno. (Mutilado, no temas. Deshuesado no, temas siempre el tiempo. Sus agujas. Nunca sus muletas y las vendas que te restituyen). El acto estaría justificado, en caso de que yo fuera un burro, pero, al ser un hombre, este privilegio cobrizo, arcaico collar de razones, me es negado. Estoy condenado a la gratuidad. Un éxito. El precio de ser. Dije un hombre, pero acaso sea este éxodo, acaso este vacío. Suburbio con credenciales de humanidad clavadas entre la piel y los músculos. ¡Cómo vibra el suelo, las tripas, al roce de mis extremidades indefinidas, anónimas! Anomia envalentonada. Denigrar no es la palabra. Demorar: no es así, sino siempre de otro modo. Dijo la Antena. Cómo se parece todo esto a un ojo cerrado, a un muñón, a un dedo que golpea el vidrio de un reloj, intentando, desesperadamente, detener el tiempo.

Tuesday, January 24, 2006

El Deshuesado (parte I)


Si en el sueño, el "espíritu volador" es invocado antes de la inmediata formación del pájaro, como recuerda Bachelard (olvidé dónde), agregaremos que sólo lo hace arrastrado o captado por un entorno dinámico, por una eco-logía (o ciencia del eco) en la que adquiere una velocidad bábica, deshuesada: una nueva consistencia.
El Deshuesado no es un estado final o una imagen a la que podría arribarse al cabo de un derrotero determinado: es un estado esencialmente dinámico, latente, al que hay que elevarse o ser arrastrado mediante lo que aquí llamaremos fluxores ("posibilitadores de flujos bábicos"). Mediante una escamación esplendente o una cristalización serpenteante, la interiorización del principio muletológico que acomete el hueso (en la cual, la médula ósea -o el tuétano- no puede prescindir de una corteza rapsódica, de una capa feérica cuya función será la de asumir la impenetrabilidad de un secreto puramente exterior), alcanzará un momento vibratorio o una resonancia noctidérmica, en la que la misma muletización del hueso adquirirá una consistencia bábica (la destrucción de la muleta, tanto externa como interna, es una condición de posibilidad de estas extranjerías). Tanto el polvo muletológico que deja el hueso, una vez revelada su cualidad de prótesis, como las iridiscencias que se producen a través de la cristalización o enjoyamiento de la muleta en el hueso, bajo iluminaciones determinadas, inducen en el muletólogo una apertura hidráulica, una interferencia en la cual se abre la pluma intensa de los flujos.
El fenómeno de turbulencia no puede considerarse a-rítmicamente. Posee un ritmo, un ritmo intrínseco, pero el mismo ya no puede ser pensado del mismo modo que en los primeros pasos del proceso de muletización, en los cuales aún perduraba una temporalidad lineal (de un punto a otro: del hueso a la muleta, y de allí a la cualidad muletológica del hueso), sino que debe ser considerado a partir de una simultaneidad ritual (rituales del poseso). El deshuesamiento -en el cual no se prescinde de consistencias rítmicas, remolinos cartilaginosos- es simultáneo y rapsódico (las rapsodas pueden ser consideradas como las vibraciones más visibles de las trayectorias de baba muletológica). Los asaetamientos pueden darse en los niveles más variados: acuáticos, vegetales, aéreos, lumínicos, animales, minerales (una posible panícula rapsódica que quizá desarrollaremos más adelante podría ser: babuinos, cristales, mixturas perdigonales -mulas alienáuticas y laxos tólogos - escualos - raíces de baobab - ramas de baobab - alas membranosas - ceguera del quiróptero - orificio de baobab - vahos, babas - resonancias y sonares del nóctulo o quiróptero - bandada de murciélagos en dinámica resonancia - obstáculos sónicos - interferencias guías). Debe recordarse que la mencionada panícula y los posibles deshuesamientos a ella adheridos, no son estrictamente sucesivos, sino que cunden todos en turbulencias no localizadas, estorninas, bifurcaciones refractadas a velocidades infinitas. El quiróptero, quizá, sea la di-osificación más atractiva: la (di)osificación aérea.
[Di-osificación alude al nuevo tipo de consistencia dinámica que adquiere el muletólogo en su bábico deshuesamiento; aúna las funciones de "osificación divergente" y de "endiosamiento o dios-ificación"]
Ejemplo de (di)osificación aérea: El quiróptero, nóctulo o murciélago, se desplaza mediante un dinamismo de Sonar. En este entorpecido gateo, el animal emite ciertos sonidos en haces panorámicos. El rebote de estos en los objetos u obstáculos, le provee a aquel -devenido antena- un mapeo del terreno a llenar con su vuelo. Las manadas de murciélagos funcionan así como un complejo sistema de resonancias en el cual las emisiones de algunos sonares se componen con las emisiones de otros en una gran marejada de bábicos topos voladores.
"(...) si ciego se suena en el vaho nocturno, y planeando en lo oscuro se transmite, sólo la interrupción es faro, sólo el maná obstacular funciona como guía". Muletología (Libro Segundo).

Saturday, January 21, 2006

Continuación del tan mentado Efecto-Kraken (Link a Nuevos Desarrollos de la Ciencia)




Para leer estos desarrollos, ingresar a la Falla Patalógena: www.falla-patalogena.blogspot.com, interfase Estación Alógena-Novísimo Instituto de Altos Estudios Patafísicos de Buenos Aires.

Tuesday, January 10, 2006

Prótesis ósea: el tuétano del hueso o la flema virtual del hierático carbunclo.


Bien, bonum. Según los resultados que han arrojado los análisis de la Muleta, hemos alcanzado el Segundo Principio Muletológico.
Segundo Principio Muletológico:
Nunca originaria, siempre original, la muleta, esquema o esbozo, es la inaprehensibilidad del hueso mismo.
Escolio:
La osificación es entalcamiento, operación cosmética, muletológica.
Es apremiante, entonces, acometer un repaso de los análisis realizados hasta ahora.
Muletológica 3

REPETICIÓN SOBRE LA PRÓTESIS Y SUS ALTER-POSIBLES.

Hallar el punto exacto de la fractura del hueso pareciera una tarea vehementemente dificultosa. Sin embargo, es posible. Aparato estigmatizado por la sustitución absoluta, y no ya por la rígida funcionalidad del reemplazo relativo.
En la perspectiva tradicional, la muleta desempeña su papel de sustituta del hueso. Pero el descubrimiento de la fractura, de lo Abierto en el tejido óseo, del desprendimiento en el esbozo cartilaginoso revela el carácter suplementario del hueso mismo. El hueso siempre ha sido un esbozo cartilaginoso. La osificación no puede impedir el exceso muletológico de todo lo que el hueso puede ser. Este deslizamiento, este derrame del hueso en sus alter-posibles pone sobre la mesa (de disección) la figura de la muleta. Pero su capacidad de suplemento, su don de sustitución no remite ya a un hueso sin fracturas. Todo hueso inmaculado no es más que un callo óseo, una prótesis de sí mismo (de lo que de sí mismo se pierde).
El enigma que anuda al hueso a su forma es lo que lo hace excederse, ser-muleta, fingimiento. La muleta no viene a reemplazar al hueso, el hueso ya es reemplazo, ya es muleta. Está atravesado por una fractura eterna. Su morada es el seno de los desprendimientos. Su marca o estigma es el sacrificio. Lo medular consiste en que en el sacrificio la víctima es siempre una sustitución de sí misma. Se añade a sí misma como sacra (sacro de la disolución). Apunta hacia afuera sin dejar de remitir hacia adentro, a su fractura, a lo abierto: altervitancia. Lo que excede el hueso es parte de él, pero lo hace otro (es lo otro del hueso mismo). Ese es su carácter muletológico, su estigma sacrificial. Su carácter sacro, mágico, enigmático.
Es posible que el hueso remita a la necesidad de muletas y viceversa. Pero la Muletología busca la muleta mágica, enigmática, huidiza y proteica. Muleta que ya no remita a ningún soporte primero, liberada y extasiada en su propia espectralidad y eterna disolución. El hueso es el arte de ocultamiento que ensaya la muleta. Su pregunta: ¿cómo volverse hueso? (interrogante de entre-telones), alterna con la otra: ¿cómo volver a ser muleta flotante? ¿cómo ser Deshuesado?
Según este repaso, podemos enunciar un principio que resume o sintetiza los anteriores.
Principio Sintético de la Muletología:
La muleta no viene a reemplazar al hueso, el hueso ya es reemplazo, ya es muleta.
En próximos análisis, además de una pequeña guía provisoria de investigación muletológica, ingresaremos en el terreno resbaladizo, viscoso, del Deshuesado. Auscultaremos también el Amuleto y la A-muletología, además de nuevos, impensados, desarrollos de la ciencia.

[1] Hueso deshuesado / Esqueleto Deshuesado. Diccionario ortopédico => Muleta: sustitución absoluta. Hueso deshuesado (fractura eterna): sustitución absoluta. Sin embargo, lo totalmente informe es imposible. La Pura Muleta no es pura potencia ni pura forma, es transeúncia. Por ello, la osificación es necesaria. Allí se contonea el escualo anfibio. ¿Inapresable? Habría que preguntarse si la figura sacrificial de la muleta no es otra osificación, otra pantomima: contractura del deseo. O si la cualidad ornamental de un hueso como el marfil no es apoteótica. O si el Amuleto no es aquello que carece-de-muletas, aquello que no puede ser sustituido, pues es sustitución de sí mismo, muleta de sí mismo.ª
ª Un Programa de Investigación Muletológica emerge necesariamente de estas babas y nos sume en el desconcierto. Tal vez, ya sea hora de caer en las interrupciones de esta transmisión. Tal vez, lleguemos tarde a nuestra propia sustitución. ¡Empalado redentor! Ni amuletos, ni armaduras, ni estetoscopios sobreviven. Desde lejos puede verse el hilo suelto en la sutura. La disolución exige la última palabra. La germinación de mundos, sin embargo, no acaba de morir. La muerte es imposible. El decorado posible presenta un hueso en mosaico (ver Muletológica 1, en "¿Primeros principios de una ciencia muletológica?"). El Burro poeta, estimulado, vuelve a probar el ponche. Hasta su olfato llega, súbitamente, un hedor indescriptible. Se acerca un devenir murgiflambólico. El hedor gana en distinción.

Thursday, January 05, 2006

La Diosa Muleta, aún en ciernes

Ya se habrá notado que los principios muletológicos no son propiamente principios, pues tienen a su vez presupuestos y existen caminos que han llevado hasta ellos: no son auto-evidentes. De algún modo, hay que llegar a ellos, a los principios que se ocultan detrás de los principios e incluso los anulan. De la muleta al hueso que ella sustituye, llegamos al esbozo cartilaginoso del cual surge el hueso. De las siguientes combinaciones saldrán los próximos principios, acrisolados. Por recomendación del frater Nak Ab Ra, y para introducir el todo muletológico en la parte que aquí se estampa, acompañaremos el siguiente análisis con la carta XIV de los arcanos mayores de la baraja del Tarot, en la especial versión de Aleister Crowley, la cual se acerca más a estos mixtiones que la clásica de Rider-Waite-Smith (la carta en cuestión es La Templanza). Se aclarará que la inscripción que el Master Therion incluye en la carta es la siguiente: "Visita Interiora Terrae et Rectificando Invenies Occultum Lapidem", cuyo acróstico deriva en V.I.T.R.I.O.L. y que se traduce como "Visita el interior de la tierra, que rectificando encontrarás la piedra oculta". El mencionado acróstico hace referencia a La Gran Obra alquímico-hermética. Por eso, La Templanza, aquí, también es El Arte.
Es hora entonces, mis pantagruélicos bebedores, de pasar al estudio de la Muleta y de sus relaciones con el ya mencionado callo óseo.
Muletológica 2

MULETA:
La muleta es un esbozo de hueso, un esquema. Sustitución de sustitución, la desnudez de la muleta y su pseudo-simplicidad resultan ampliamente engañosas. La ingenuidad no hace distinciones, lo que resulta verificable en el fenómeno de que hasta ahora hemos considerado a la muleta como un elemento sustituto. Y no nos equivocamos. Pero en nombre de la complejidad, nos empecinamos aquí en mostrar que un callo óseo, en la reparación de un hueso, cumple también la función de sustituir a la misma muleta, la cual a su vez operaba la sustitución del segmento de hueso ausente por fractura o por necrosis. No todos los días tiene uno la oportunidad de saberse deshuesado[1]. Con saber de un solo día en que esta situación se presente, tiene uno también la deliciosa oportunidad de desaprovecharla. Como no nos gusta ser menos en materia de inutilidad, nos inclinamos siempre a buscar lo originalmente sustituido, el elemento-huésped de cualquier ortopedia[2]. Pero si hay algo que no les perdono es la pereza en la búsqueda de lo absurdo. Y optar por el hueso para ocupar aquel puesto superior del podio, resulta casi una ofensa[3], teniendo en cuenta la ya mencionada información de que el hueso encuentra su origen en un esbozo o en el choque arbitrario y fortuito de tejidos, los cuales a su vez emergen de esbozos precedentes. Decir de un origen que es un esbozo o esquema, o decir de un esbozo o esquema que es un origen, es ya suficiente para enloquecer y hacer rebuznar a cualquiera. Pero si superamos el primer sobresalto, no resultará imposible aprehender la intuición de que la sustitución es infinita. Nunca originaria, siempre original, la muleta, esquema o esbozo, es la inaprehensibilidad del hueso mismo. La osificación es entalcamiento, operación cosmética, muletológica[4]. El hueso es veddetismo de muleta, vocación de cabaret. Lo prueba la famosa muleta construida enteramente de hueso que reposa sobre el escenario de aquel teatro que, aunque nos hemos deshidratado en esfuerzos, ha resultado imposible de localizar[5].
Notas:
[1] Aunque aquí habrá varias oportunidades.
[2] ¡Qué debiéramos decir de la médula ósea! Acaso la cavidad medular no sea más que un nuevo espacio para el viejo vodeville.
[3] Y digo casi porque resulta una ventaja estructural de cualquier texto el no tener que escuchar razones por parte de un lector.
[4] Diccionario ortopédico: Osificación significa decorar el carácter de simulacro inconsistente del hueso, es decir, ocultar su carácter muletológico, sacrificial.
[5] El Misterio que trae aparejado cualquier tipo de prótesis (exo o endo) es inabarcable. Una muleta rellena de médula ósea podría escenificar el simulacro invertido, en el que el huésped resulta ser el sustituto. Pero no estaría de más preguntarse acerca del carácter de estas inversiones. Una muleta hecha de hueso o una muleta rellena de médula ósea insisten como gestos de la Gran Broma o el Gran Misterio. Acaso las intuiciones poéticas constituyan un medio transversal para pavonearse entre estas inexpresibilidades, y para cimbrear los rabos mientras se prepara la fiesta de la Demora. La ortopedia así lo demanda. Si la fijación es mera liturgia, no es extraño que sospechemos hasta de la sospecha. Raudos en este derrotero, nos ubicamos en la tragedia y llegamos tarde. Impuntuales, pura línea, gritamos: ¡amuralladísimo! y evadimos las balas (no es sencillo ser un polígono de tiro y no valer ni la bala). Confeccionamos el diccionario ortopédico a la par que desarrollamos el diario muletológico. Las hermosas rapsodas son producto de este mejunje, de esta mezcla impura. Nos contentamos si logramos, a pesar de la fatiga, regodearnos en la muerte como si no se tratara más que de entre-actos rituales, bañados en brillantina y polvos exóticos. En las cavidades (medulares) de nuestro modesto botiquín, encontramos algunos bisturíes, una o dos antenas y la semejanza muletológica que estos instrumentos guardan con el Dedo. No es imposible que estos artefactos sean parte de la herida. El oculto camarín, zona abovedada por profesión de angustia, guarda el vestuario del lado de afuera. Si se desea esconder ahí una camisa o una refractaria capa de zinc, el método es el siguiente: se abre la ventana y se arroja afuera la vestimenta: único modo de ocultarla si alguien ingresa al camarín.

Tuesday, January 03, 2006

Segunda glosa a "¿Primeros principios de una ciencia muletológica?"


El muletólogo desea dejar en claro que todos los principios aquí enunciados son fácilmente rebatibles, a poco que el eventual lector reflexione (o se enoje otro tanto). Sin embargo, está claro que una teoría que admite sin coloridos plumajes (ni ambajes) su propia invaginación, su auto-refutación, está condenada desde el principio. Por lo tanto, se urge al lector (y a todo posible adepto o aprendiz de iniciado en materia muletológica) a hacer caso omiso de esta advertencia. Del olvido de esta segunda glosa dependerán la fuerza y la grandeza de esta ciencia.

Primera glosa a "¿Primeros principios de una ciencia muletológica?"

Podemos, entonces, finalizar nuestro primer análisis. Ha puesto en evidencia lo que aquí llamaremos lo Abierto en el tejido óseo o el desprendimiento en el esbozo cartilaginoso. Con el práctico objetivo de simplificar la denominación del concepto, lo llamaremos: El Estigma Sacrificial (o el secreto de la mácula).
Imagino también que el eventual curioso de nuestras indagaciones ya habrá notado la ausencia de cualquier método preexistente en la especulación muletológica. Es aconsejable aclarar, entonces, que la muletología carece absolutamente de métodos. Tan solo posee estrategias locales, modificables según la perspectiva asumida en los determinados niveles de investigación.
Por ahora y en los próximos análisis, nos mantendremos en el terreno de la descripción (si cabe la palabra). Únicamente se permitirá el salto al nivel práctico y prescriptivo (terapéutico, en algún sentido), cuando ingresemos al terreno conceptual del Deshuesado.
Sea esto suficiente en lo que respecta al análisis de la estructura ósea. En subsiguientes apartados, comenzaremos, ya sin volver atrás, el estudio de la Muleta o prótesis ((para esta categoría diremos lo mismo que para la estructura ósea: La Muleta (o prótesis) se halla en cualquier zona de la realidad, la experiencia, o el discurso, y no se reduce al objeto físico construido por ese homúnculo que se hace llamar ser-humano)).

¿Primeros principios de una ciencia muletológica?





La disciplina que aquí, con bombos y platillos, hemos bautizado Muletología, investiga, en principio, las cualidades muletológicas de cualquier estructura ósea (se halle ésta en cualquier zona de la realidad, la experiencia o el discurso). La egrégora médica que puede advertirse en las categorías utilizadas por esta disciplina no debe prestarse a engaños: su aplicación en el campo de la anatomía sólo es un aspecto local del alcance global de las mismas. Las estructuras óseas se hallan en cualquier parte, y quizá sea gracias a esta particularidad que es posible entender el funcionamiento mismo del individuo: la Naturaleza entera es, y tendrá que ser, estudiable desde estas categorías.
Cabe, entonces, comenzar por la enunciación de los aspectos más relevantes de una estructura ósea.
Muletológica 1

HUESO:
Anatomía. Órgano formado predominantemente por tejido óseo. En su constitución entran otros tejidos, los cuales forman el periostio, rellenan la cavidad medular y los espacios intertrabeculares y constituyen la red vascular y nerviosa del hueso.
Además, debido a su rigidez, los huesos son aptos para actuar como palancas indeformables y como puntos de inserción y de apoyo de los músculos, cuya actividad puede de este modo poner en movimiento los diversos segmentos del cuerpo y todo el individuo.
Fisiología. Formación del hueso: La mayor parte se desarrolla a partir de un esbozo cartilaginoso que, posteriormente, se osifica (osificación condral o por sustitución); otros surgen directamente del tejido conjuntivo sin formación de un modelo cartilaginoso (osificación conjuntiva o membranosa o directa).
Las expresiones resaltadas en verde son clave en la disciplina muletológica y serán sin duda retomadas en posteriores análisis. Se recomienda al eventual estudioso de estas materias prestarles particular atención y fijarlas en la memoria.
Ahora bien, existen dos tipos de patologías óseas fundamentales para la muletología: el Hueso en mosaico y la Osteonecrosis.
La primera reviste particular importancia en lo concerniente al Deshuesado (otra noción importantísima para nosotros, sino una de las más importantes, y que lentamente irá entrando en escena): la capacidad del huésped de sí mismo para reorganizar segmentos de su im-propia cosecha. La mencionada patología es una alteración típica de la enfermedad de Paget, caracterizada por una disposición anormal y desordenada de las trabéculas óseas, debida a un irregular y masivo reamoldamiento del hueso, con alteración de los procesos normales de reabsorción y neoformación ósea.
En la segunda, como su nombre lo indica, un pedazo de materia ósea sufre un deceso, definitivamente. Un fragmento del hueso muere, o -dicho en criollo- estira la pata. El carácter sacrificial del hueso se advierte, aquí, en el pleno desarrollo (dulce oxímoron) de su muerte. Cuando en el hueso se produce una simple fractura, asistimos a la formación de un callo óseo que hará las veces de unión de las partes así seccionadas. Pero en el caso de una osteonecrosis, la prótesis de la materia muerta ya no puede estar encarnada por un callo óseo, sino más bien por una exo-prótesis o muleta externa, extra-dérmica (entalcada, la muleta resulta casi indiscernible del hueso). Cuando la muerte del hueso (y el relevo de la función o escenificación) es determinada por un agente piógeno, el segmento óseo necrótico es denominado secuestro.
A decir verdad (que es casi mentir), la exo-prótesis o muleta puede y debe ser presentada como endo-prótesis o muleta interna, intra-dérmica (mientras que la exo-prótesis es aplicable a la simple fractura), operando así una sustitución de la ausencia ósea al sintetizar las partes residuales del hueso mediante un elemento metálico. Esta metálica muleta interna no difiere en esencia de un callo óseo. La posibilidad de sustituir natural o artificialmente (nueva indiscernibilidad) la parte ausente de un hueso mediante otro hueso llama nuestra atención sobre el carácter muletológico o de prótesis de cualquier hueso. Los huesos vienen a sustituir, en la osificación, un vacío arbitrario o un esbozo cartilaginoso. Los huesos vienen también a sustituir huesos necróticos, cumpliendo así la misma función que las muletas.
De acuerdo a nuestro análisis muletológico preliminar, es forzoso enunciar el Primer Principio de la Muletología:
Primer Principio muletológico:
Los huesos son esquemas de sí mismos, huéspedes e intrusos, una sustitución al infinito glamorosamente disimulada por un poco de talco y cosmetología osificadora.
Por eso, recordando que la escritura no cesa hasta que usted deja la lectura, me permito abandonarla inconclusa.
Los fotomontajes son cortesía de La Madre_Res.

Monday, January 02, 2006

I.O.: Iniciación Ortopédica


Doy por iniciado este blog. No sé cuánto va a durar, ni la cantidad de gente que lo va a leer. Pero será un lugar en el cual intentaré hacer fundamentalmente 2 cosas: 1) publicar mis reflexiones en torno a una disciplina llamada Muletología, 2) difundir o publicar cualquier otra cosa que se me ocurra (¿por qué no? ¿era la especialización tan necesaria?).

Acerquen su frente. Así. Ahora cierren los ojos, mientras les dibujo en aquella un sigilo de pintura blanca, osificadora (si abrieron los ojos y siguieron leyendo hasta acá, se habrán dado cuenta de que seguir mis instrucciones es imposible). Ya está. Ahora imaginen todas aquellas zonas de la realidad o del discurso a las que constantemente se refieren como prótesis (y las cuales posibilitan, por contraste, la osificación, es decir, la construcción de todo lo que ustedes consideran una estructura ósea, huesos inamovibles, naturales, originarios). Una vez logrado esto, se trata de interiorizar la cualidad prostética de las zonas proyectadas, interiorizar la potencia muletológica de las mismas y encontrar su consistencia: di-osificación. Estos son algunos de los pasos del proceso de muletización. El carácter de Deshuesado no es un estado al que se llega, sino el proceso mismo de aquel que se muletiza. Pero ya se explicará mejor esto más adelante.

Doy por iniciado este blog, sin brújula ni raíz.

El secreto de Sileno (La nueva carne de Manikhem)






“La carne es muerte”, reza un antiguo adagio cristiano. Esta comprobación del estigma finito que se adhiere a los procesos fisiológicos de la inminente podredumbre, irradia su mácula sobre las tablas del yo. Se asume el terror de una disolución, se intuye la evaporación de la identidad en los ingobernables deslizamientos de la carne. Ni el yo, ni el cuerpo como estandarte de una organización o estrato, presentan la garantía de su integridad. La carne se escurre flamígera por todos los costados. Intuimos su esplendente alianza con las vibraciones de Tiamat, de Eris, y donde el roto cantero del caos abunda, Yo no puedo existir. Entrevemos, entonces, que la génesis del horror no incumbe a la muerte fisiológica (la carne posee cierta vida inercial una vez que el encefalograma se resuelve en la línea de muerte, flatline: algunos minutos, a veces horas, determinan la frescura de un órgano reinsertable, donable; el pelo y las uñas prosiguen a oscuras su metástasis silenciosa). Es, por el contrario, el no-lugar de la muerte lo que repele. No-lugar que, cuando despunta, como musitaba afilado el jardinero Epicuro, Yo ya no estoy. La imposibilidad de concebir esto, es lo que vuelve la resurrección posible, decía Lezama Lima. Pero la resurrección, de una vez para siempre, demanda ser perfecta: la carne que renace es celestial, íntegra, subordinada al cuerpo y al Yo; en suma, subordinada a Dios, como al marino vigía en la punta del carajo. La resurrección cristiana desea la integridad del finado, procura no dejar de ser para que la muerte sea, intenta identificarse, solaparse a ella en la culminación de la emboscada: en la muerte no devengo-otro, sino que vuelvo a ser la semilla perfecta y descarnada que siempre fui.
Tal pareciera, en estos temores, que la carne ostenta una vida propia. Pero en ese extremo que es la muerte, en esa desnudez del cadáver, ¿no nos indica la carne, precisamente, su homogeneidad mecánica, su inanimismo inofensivo? Creíamos que en el finado, en el estirado, la carne adquiriría esa cualidad de objeto poli-acoplable que siempre pareció ser, se cuadraría militarmente en la etiqueta de su rigidez, secreto de sabotaje para un esperanzado antropófago, alimento en el plato, barro maleable para el demente productor de vasijas. Nada hay, me temo, de preciso aquí. Esa inmovilidad no desoculta más que el momento de aniquilamiento de una dinámica consistencia. Las fuerzas han establecido una nueva componenda con los gusanares térreos que rodean el féretro, un nuevo agrupamiento al que nuestro excluido montaje yoico ya no asistirá. Esa capacidad de dispersión, cuyas incrustaciones cabecean virtualmente y lamen de continuo la existencia, es la que se oculta detrás del carácter inofensivo del fiambre. La carne, sin duda, era poli-acoplable, yacía abierta a instilaciones otras, múltiples, pero nunca desde las filas de la pasiva, según la feliz fórmula de Cambaceres. Los ornados hedores de su densidad se emitían, activamente y en vida, desde un fuego incesante de entrecruzamientos y empalmes, desde una encrucijada lunar tallada en las alas del pájaro rojo de la alquimia china, avechucho flamígero que tiene y no tiene forma, como el ígneo caos central del estoico estandarte.
Pero prefiero, por ahora, quedarme de este lado de la ambigüedad, en esa imposibilidad que introduce la muerte. Ya nos recordaba Heidegger que la muerte es “la posibilidad de la absoluta imposibilidad del ser humano”, y cuya solidificación como puro posible dentro de los contornos de mi vida, la convierte en mi posibilidad más propia, la única posibilidad pura, irrealizable como tal. Blanchot introduce ahí el tarascón que abre la herida y la extiende nocturna a lo largo de toda la existencia: si la muerte es mi posibilidad más propia es porque ella me desapropia desde siempre (no tomar la paradoja meramente para la joda). La absoluta improbabilidad de mi venida a este mundo, según Bataille, vincula el aleatorio avatar de mi singularidad, con la exigencia-de-que-yo-exista que el vacío en donde ejerzo mi imperio parece imponer (azar=necesidad). No se trata de una destrucción universal o de una diagramada secuencia de aniquilamiento. El limo placentario de la muerte, en el que un esqueleto glacial despierta a danzar su macabra píldora de ludo, arroja la existencia dentro de la irrealidad del yo que muere. Existencia espectral. Trota y corre por su cuenta, entonces, quien quiera creer que el secreto revelado en la dimensionalidad mortuoria consiste en la recuperación victoriosa de lo íntegro, del corcho que evitaría el derrame burbujeante de la carnal champaña. Nosotros, por nuestro perfil de Acapulco, nos zambullimos en el nutriente mixtión, empuñando antiguas bengalas de diamante, y nos agrupamos en la Pornología superior: es la equivocidad de los espíritus muertos, de los Soplos o alientos liberados, lo que la muerte nos convida. Con el gesto perspicaz del que presiente la inminencia de una interpolación, descorchamos un prefijo y lo arrojamos a la más bella (Kallisti): “vivimos de ultra-muerte y también de muerte viviremos” (Saint-John Perse).
Ultra: más allá de. Pero con el mismo impulso desafiante: más acá de. Arribamos a la helénica comarca con un súbito complejo de barbarismo. Ya no sabemos hablar (y sin embargo dijimos Kallisti). Nos aglomeramos o nos perdemos en un interregno larvario, una zona de indiscernibilidad o nigredo alquímica en la que vemos evaporarse la distinción vida-muerte o animado-inanimado. Ese enclave más allá del cual se gesta el espectro de dispersión y el punto de la muerte se vuelve línea, línea que atraviesa como un alternante tropel de algas todos los planos de la marea regulada. Las intensidades despuntan velocísimas, caóticas, como equívocas candilejas de un leonino conjuro. Comenzamos a entender el flatline gótico del que nos habla Mark Fisher, remendando al Neuromante. La línea plana que en el encefalograma indica actividad=0, el instante cerebral en el que cesa toda tracción comunicativa. Pero desde una hechizada vitrina, esa línea gótica es el lugar en donde todo sucede, se edifica a sí misma como la matriz productiva de todo diagonal acaecer. Es el continuum anorgánico o continuum cthulhoide en el que vibra Yog-Sothoth: el umbral, la llave y el guardián del umbral (Lovecraft). Allí nos admiramos como un mero anudamiento o adensamiento del carnaval demonológico de las intensidades, y solo en ese liminar territorio de puro umbral, es posible adquirir, como una afectada retrogradación, el poder eléctrico de las puntas.
Este secreto atraviesa las edades como una piedra lunar debajo del sombrero. Tanto el gótico como la brujería, el gnosticismo saturnal como la magia egipcia, los cultos celtíberos como las africanas posesiones, la alquimia y las tradiciones orientales, forman otros tantos implexos o complejos de esta intuición. Sería inútil confiar nuestro través a la exangüe participación de un tiempo cronológico. Habría que zarpar(se) del muelle categorial hacia los arremolinados túneles del contagio y de la alianza, de la posesión y la propagación. Habría que someter todo ese costal de agujas a una calcinación meticulosa. En medio de un festín tantas veces historiado, los intentos actuales que rozan estas tácticas alógicas no pueden pensarse como un pobre revival de prácticas arcaicas, pues constituyen más bien la continuación inorgánica e intempestiva de una línea aiónica, de un camino de piedras preciosas que se desprende de los encadenamientos históricos, al tiempo que se ofrece como el caldero pre-humano de donde muchas veces surgen, por agotamiento o desaceleración, los callos óseos y las clasificaciones lógicas. Contemplada desde un telescopio encarnado en el hígado del Baphomet, la génesis de estas prácticas nunca se halla en un punto temporal. Ese punto se repite por adelantado, mutando en línea de infinita invaginación: así como Dionisos puede emerger chispeante en el Manikhem, también el Manikhem ya estuvo allí, nadando entre las libaciones de Hécate y los besos que las bacantes prodigaban a los perros salvajes. Toda encarnación es re-encarnación, todo nacimiento es re-nacimiento: xeno-génesis.
La nueva carne del Manikhem no es cronológica, sino eventual; plenario aladeltismo repleto de tensiones y asimetrías plutonianas. El barro abstracto atraviesa en continuum todas las plantaciones de trigo y todos los árboles de manzanas de la reserva, todas las ramas doradas y pájaros célibes, los devaneos marítimos y los ángulos celestes (Khem o Min, Señor de los desiertos orientales, es también el Abridor de Nubes; transmigrado, diríase, en la máquina del último Reich). Nuestro viaje no es, entonces, a la muerte o al aniquilamiento, como a ese punto de irrevocabilidad, sino al país de los muertos, provincia del gótico, tierra de quirópteros y licántropos, xeno-plasma en el que, si existe el crecimiento, es debido al parcial hormigueo de fertilidad que un cadáver enterrado en la tierra desencadena. Estas quitinosas membranas, filamentos, torsiones, capas de vibraciones, puertos de ensamblaje, prótesis activas para una infante a-dicción, desenvuelven y actualizan los circuitos de la carne. El hombre es siempre una interrupción del continuo. Pero si el continuo es discordante y la interrupción se aglutina como un cosmos, toda travesía y recorrido por los circuitos cárnicos es una interrupción de la comunicación y de la reflexión. Hiato acósmico, desplegado anamorfismo, refracción parateo-anametamística (dios equivalente y reversible más allá de la mística). La nueva carne, sin duda, asumirá otro(s) cuerpo(s). Pero según la fórmula lezamesca, qué otra cosa puede ser esto sino el cuerpo misterioso del hombre cuando atraviesa una región hechizada.
La discordia no es más que un bigote del caos, tal y como el cosmos no es más que la línea de rouge que lo artificializa (o a través del cual se artificializa): pero no hay antagonismo, sino siempre participaciones contra natura. Y la Naturaleza es la primera en (re)animarse.
De los labios embebidos del Sileno, brota el secreto como un géiser glandular. Dios de los bosques, dotado de una obesidad casi equivalente a su tolerancia etílica, protector, maestro y posterior acompañante del cortejo del joven Dionisos, se dice que Sileno guarda un secreto que todo heleno desea poseer. Dionisos lo sabe, sin duda, y mucho de su entusiasmo debe provenir de ahí. Entreverado en risas, libaciones y demás ornamentos del continuo festín, aupado en su chirle burro y ayudado por sátiros que en el frenesí multiplicador se confunden con él, Sileno se niega a revelar su sabiduría, cediendo, al parecer, sólo bajo insoslayables circunstancias en las que, agotado por la constante insistencia o la obligación autoritaria, decide desembuchar la enigmática sentencia: lo mejor es morir y morir rápido.
El precipitado del suicidio sería demasiado sencillo de preparar. Es cierto que, en determinadas ocasiones, el suicidio es la mejor recomendación, pero no es a ello precisamente a lo que nos acercamos. Los sufrimientos, los dolores, y todo el horror que acompaña la existencia subjetiva, es algo que siempre animó toda sapiencia, tanto en Oriente como en Occidente. Pero el estigma adosado a ese caos y las vías de momificación como resguardo de una especie eternamente extinta, fueron invertidos en su principio. El relámpago marmorizado y el azar causalizado, trastocaron la sustancia misma del torbellino energético en un mundo domesticado, cuyas errantes bestias no serían más que infelices accidentes, irracionales brotes de malaria (el gótico como una gangrena en el costado del iluminismo) que no deberían haber sucedido.
Pero las catástrofes no vienen a destruir las edificaciones naturales o humanas. La destrucción, como tal, emerge solo en la plataforma de una expectativa conservante. Cada terremoto, cada maremoto, cada tornado, segrega sus virósicas lenguas en varios planos simultáneamente. La excrecencia magmática de un volcán, esa khémica eyaculación infértil, pareciera oponerse a la fertilidad de las espumeantes Nereidas que inundan las costas con sus láminas de espermático cristal. Pero esa pura pérdida es macroscópica. Luego del punto en que los nudos se cortan, una serie de micro-muertes continúa, sin duda, el trabajo de quemar los últimos lunares, pero sus componentes intensivas continúan el reflujo, entrapándose en nuevas relaciones siempre positivas (sangre-veneno / osamenta-gusanos). De nuevo, es la maqueta, el hueso de un archipiélago yoico el que produce la rúbrica negativa. Los movimientos de la tierra, de las placas tectónicas (rozamientos de pubis, rozamientos de esfínteres, decía O. Lamborghini), producen valles y montañas, terremotos y volcanes, orificios marítimos de anillado orbital. Hay líneas de borde, zonas de suspensión, de confusión mítica, en donde se deslizan contagios, contactos, penetraciones naguales, indiscernibles, pero también a partir de donde se reparten las hebras luminosas, se separan los granos de arroz, se maceran y se preparan los polvos, se densifican y se producen las características, se distribuyen de un lado las uñas, del otro los dientes, y tenemos un cuerpo formado, una carne homogeneizada. Aquí se ha quemado a la bruja y transformado el caldero en olla de cocina. Ya no quedan ni órganos sin cuerpo (Frankenstein o el nuevo Prometeo, de Mary Shelley), ni cuerpo sin órganos (Artaud y Deleuze-Guattari).
Sin embargo, no hay opuestos aquí: hay segmentos que cambian de naturaleza, movimientos traslaticios cuyos vértices modifican las líneas en rotación. En todo cuerpo se pueden hallar las líneas cárnicas de desplazamiento, pero toda línea de carne puede derivar también en cuerpos metastásicos. Habrá que devenir baqueano sin logos y conocer muy bien las huellas, las líneas que las recorren, los hedores, las piedras patinosas y los callejones sin salida[i].
Esos son algunos de los peligros que existen en los circuitos de la carne y que constituyen sendas formas de aniquilamiento: la muerte como cerradura (formaciones a “imagen y semejanza”), y la muerte como catatonia (esta última siempre ha servido de modelo a aquella y no a la inversa: la muerte es siempre interpretada según modelos que se extraen de la vida, como la catatonia o el desvanecimiento, o incluso el sueño. Pero ella surge aquí como atravesando todos estos modelos en el continuum anorgánico –a caballo desbocado entre lo orgánico y lo inorgánico–, como un cofre lleno de secretos y de peligros, pero también como ese ultra-remedio contra todo Modelo asfixiante, incluso contra el Modelo mismo que ella parece asumir en esta solve o disolución). Habrá que buscar el agrupamiento bifronte, la coagulación que sea simultáneamente lamida por la reverberancia de las ratas subterráneas, y por los dorados pasos del ave fénix, o acaso del pájaro pong, con sus nubosas alas de mariposa vertical.
Empuñamos la antena y conjuramos la interferencia. Pronunciamos algún que otro verso invocador y caemos hacia arriba (volamos). En un gesto de claro pudor, nos adosamos invisibles a los bulbos de una lluvia coral, y como un asteroide lanudo que evitara la parábola, invencionamos una playa o un desierto, cuya luminosidad proviene de una fogata que polariza a tierra nuestra cola de cometa. Como quería Lezama Lima, exigimos una reconstrucción o una invención en la que los viejos mitos, al reaparecer, evaporarán a Cronos y nos ofrecerán sus enigmas y conjuros con un rostro desconocido (las ficciones de los mitos son nuevos mitos, solía decir). Algo similar sucedía con las citas: invencionarlas significaba injertarlas en un cuerpo nuevo que les diera más sentido que aquel que tenían en el cuerpo del cual fueron extraídas.
Con esto en mente, repetimos a Sileno: lo mejor es morir y morir rápido. El suicidio, como conclusión, ya sufrió el parcial descarte. No hay que engañarse y creer que la no-revelación del secreto garantizaba la continuidad de la existencia, evitando una inmediata ola de suicidios. Sileno solía bromear, era pródigo en mentiras. Aunque ese mentir no puede aludir a una simple sustitución de una verdad por una falsedad. En un terreno acribillado por grados intensivos, urracas titubeantes, inestables equilibrios entre la vida y la muerte, la mentira solo existe como desplazamiento de placas pre-aléticas, a-categoriales. En la boca de Sileno, intuimos más bien una ambigüedad oracular que una llana mentira. La muerte ahí, retráctil, expresa un esmerilado suspenso. Todo en Sileno es así. Baste recordar la copa que llevaba en su mano: se decía de ella que se encontraba siempre llena y siempre vacía (¿un retroactivo glifo del Graal, quizá?). Si nos guiamos por el continuum gótico, esa frase indica la apertura a esa zona anorgánica, la inmersión en la matriz de eterna producción del cuerpo, copa o pileta carnal de intensidad=0 como xeno-plasma (la flatline gótica como xeno-génesis gradual a partir de ese grado de actividad=0: el 0, aquí, no es la nada de la muerte catatónica; como la enfermedad, de continuo inyectándose en diversas gradaciones de inestabilidad o de salud, es la onda pura que distribuye en haces irregulares y expansivos –granada estallada–, los vaivenes del oleaje).
Cronológica o linearmente pensada, esta frase puede apreciarse a la luz de la psicomagia de Alejandro Jodorowsky. Si la muerte es inminente, la expectativa es lo que paraliza. Se requiere un conjuro que pre-realice el acontecimiento, abriendo el tiempo linear en centrifugados sin omphalos. La inminencia de la muerte, en una temporalidad acontecimental, aiónica (sin presente como criterio identitario), se vuelve necesidad acontecida, muerte acontecida. En un presente eternamente evadido, la muerte es inminencia futura y acontecimiento pasado, dilatando esa virtualidad real, literal, hasta atravesar y penetrar todo el cableado vital como una savia dinámica. Un hombre anónimo, temeroso de un augurio recibido de boca de un tahúr, acude al psicomago Jodorowsky. La predicción aseguraba que alguien cercano al hombre moriría, y que ese suceso le costaría mucho dinero. Jodorowsky se propone, entonces, pre-realizar el evento, evaporando el tiempo lineal en divisiones velocísimas de pura brujería. No prefiere aguardar la cumplimentación de un destino, cuya modalidad cronológica operaría como un bloque de presente ubicado en el futuro, esperando su turno para realizarse en el hic et nunc determinado por el yo de la víctima. El ejercicio de psicomagia que realizó en aquella ocasión se ha vuelto famoso, y aquí lo repito como uno de mis favoritos: Sugirió cerrar una ventana y echar insecticida, de este modo moriría una mosca (muerte de alguien cercano); luego debía tomar un billete de 20 y agregarle seis ceros, convirtiéndolo en veinte millones, tomar el cadáver de la mosca, envolverlo con el billete y enterrarlo todo (alto costo de dinero). La predicción realizada generaba así una turbulencia en la línea temporal. Según Jodorowsky, el inconsciente acepta la metáfora y de esa manera el individuo se libera del temor que la predicción le ocasiona. Pero si el inconsciente acepta la metáfora, eso se debe a que la misma es literal.
Semejante es un chiste que Aleister Crowley solía contar, bajo la convicción de que quien entendiera el chiste, entendería la magia. Hablaba de un hombre que viajaba en un tren. Junto a él, se hallaba sentado otro hombre que sostenía entre sus manos una caja llena de agujeros. El primero, curioso, preguntaba por el contenido de la caja, sospechando que se trataba de algún tipo de animal, a lo que el segundo replicaba afirmativamente, explicando que, en efecto, se trataba de una mangosta. Pasaba entonces a narrarle que su hermano sufría de altas fiebres, provocadas, según sus médicos, por alucinaciones terribles y constantes. En éstas, se veía rodeado por serpientes, razón por la cual, el hombre le llevaba una mangosta para que se encargara de ellas y lo protegiera. El primer hombre, perplejo, no podía dejar de hacer notar que las serpientes de las alucinaciones eran imaginarias. Frente a esto, el segundo hombre destapaba la caja, revelando que se encontraba vacía, y contestaba: por eso le llevo una mangosta imaginaria.
Aún si aquí se habla en términos de imaginarios, no deja de resolverse en la aclaración de la realidad de lo virtual o la literalidad de lo metafórico. A nivel aiónico, tanto la pre-realización psicomágica como el mágico combate imaginario, generan un corte temporal en el que el presente se divide en una serie infinita de ruedas de pasado y futuro, irradiando el acontecimiento como pura virtualidad sobre su existencia: entre el momento de la pre-realización psicomágica del acto y el punto cronológico de su cumplimentación establecido en la predicción, el individuo vivirá en el interregno –intermundia–, atravesado por un imposible punto presente que se disuelve eternamente en pasado y futuro. En la magia de Crowley, se aprenden las estrategias de cada esfera: si la magia trabaja con los efectos de la voluntad sobre la realidad, no puede dejarse de admitir que los lineamientos virtuales de lo real trabajan sobre los mismos movimientos de la voluntad, en una multidireccionalidad descentrada. Eso es transitar la Interzona, como Burroughs, o sentir en los infinitos poros de la piel el aliento de aquel que acecha en el umbral, como Lovecraft.
Austin Osman Spare llamaba Postura de la muerte a un ejercicio físico mediante el cual se palpaba el regusto del absoluto Kia o el principio del Ni-Uno-Ni-Otro (Neither-Neither). Este absoluto no solo fuga de la dualidad, sino que también fuga de sí mismo, al convertirse siempre en otro (no está aquí, ni allá, ni en otro lado; como el umbral de Cthulhu, no está en ninguna parte porque está en todas, en cualquiera: es el creer que no puede ser apresado por el creyente o lo creído). El ejercicio de la Postura de Muerte es como sigue (son tres fases presentadas de atrás hacia adelante):

"Yaciendo sobre tu espalda indolentemente, el cuerpo expresando la emoción del bostezo, suspirando mientras concebimos una sonrisa, esta es la idea de la postura. Olvidando el tiempo junto a aquellas cosas que fueron esenciales - reflejando su insignificancia, el momento está más alla del tiempo y su virtud ha sucedido.
Descansamos sobre nuestras puntas del pie, con los brazos rígidos, sujetados atrás por las manos, abrazando y abarcando lo máximo, el cuello estirado -respirando profunda y espasmódicamente, hasta el vértigo y la sensación entra como una ráfaga, concede agotamiento y capacidad para el creador.
Mirando a tu reflejo hasta que es empañado y no conoces al contemplador, cierra tus ojos (sucede normalmente de modo involuntario) y visualiza. La luz (siempre una X en curiosa evolución) que es vista debería ser mantenida, nunca se debería dejarla ir, hasta que el esfuerzo es olvidado, esto concede una sensación de inmensidad (en la cual se ve una pequeña forma), cuyos límites tú no puedes alcanzar. Esto debería ser practicado antes de experimentar lo anterior. La emoción que se siente es el conocimiento que te cuenta su causa
”.

De abajo para arriba:
1) Olvidar el rostro propio frente al espejo, o des-acordarse de su figura hasta que las líneas que la conforman adquieran la consistencia de lo pre-yoico (la X luciferina).
2) La hiperventilación y la exhaustión corporal evitan, como en el Zen, que cunda el pensamiento lógico, abriendo así las oblicuidades.
3) Al acostarse de espaldas y concentrarse en una sonrisa o en un bostezo –gránulos que intensifican el estado de ensueño y relajación en el que se ingresa–, se accede a Yog-Sothoth. Se logra la unión de Zos (el Ego) y Kia (el Ser-Ni-Uno-Ni-Otro). Concentración mediante obsesión o automatización. El brujo alcanza así ese desplazamiento entre la vida y la muerte, la intermedialidad creadora. Aquí, paralelizando otros ejercicios de Spare, se utiliza la carne como sigilo, calcinándola hasta la simplicidad de su implexo, para redireccionarla en el manto purpúreo de su Doble y sus escamas de oro.
Sileno barbudo, con su rostro de encendido hipogrifo, no se cansa de repetirnos: lo mejor es morir y morir rápido. Pero lo oculta. Sabe que los homúnculos que se hacen llamar hombres oscilan siempre hacia la interpretación más estúpida. La ambigüedad del secreto de Sileno reaparece en las funciones que adquiere en relación a los avatares de Dionisos. Sileno recibe al joven dios y lo cuida. Se cuenta que le enseña todo lo que sabe, incluido el secreto gótico. Pero Dionisos, en su calidad de dios, transforma ese secreto en un eterno ceremonial, en un constante ritual tanático, sumergiéndose en la muerte y renaciendo el Zagreo como una luminosa pantera. Muere y renace, como Osiris, con quien se confunde, y de nuevo renace en múltiples tradiciones: orfismo, eleusis, saturnalias. Entre Sileno y los sátiros, ráfagas de contagio también cruzan los campos. Sileno, acabando su labor como maestro de Dionisos, se suma a su cortejo de sátiros, rozando su vejez y pobre condición física con la elasticidad y juventud de su mancornado discípulo. Algunos sátiros comenzarán a llamarse silenos y a Sileno mismo se le referirá como a un sátiro (sin duda, excepcional, anomal) del cortejo de Dionisos, el nacido dos veces. Sileno, en la intensificación de su secreto en el ritual dionisíaco, aumentará su habitual alegría e irradiará su júbilo nómade por toda Grecia[ii].

[i] Alguna intuiciones: Distinción entre flesh –carne viva, pasional- y meat –carne muerta, analítica- (en Angela Carter, “La mujer Sadiana”). ¿Es esta distinción comparable a aquella que dilematiza: seducción-flesh / obscenidad-meat? ¿Habría otra manera de pensar la carne, desde la idea gótica de lo anorgánico: una carne anorgánica? Si pensamos en Baudrillard, la seducción siempre es del objeto, aunque él sabe que no se trata más que de salir del sujeto, del yo. Pero salir de eso, no implica que, al caer en el objeto, caemos en su ontología homogénea, en su física mecánica: la obscenidad se presenta como la pura visibilidad-transparencia, la seducción como pura visibilidad-invisibilidad: pero ambas se aplican al objeto: la obscenidad como lo hiperreal en la fascinación, la seducción como lo escénico del simulacro: pero en el límite de la obscenidad, en el espectro de dispersión, aparece la reversibilidad, el secreto, la seducción, estrategia fatal del objeto, el genio maligno: esa reversibilidad, gesto patafísico, continúa la idea de devenir, de la zona de vecindad entre los reinos, los sexos, los géneros: el continuum gótico de Fisher. Así, la distinción entre la vida pasional de la carne (flesh) y la carne muerta, analítica, obscena, tecnológica (meat), de A. Carter, olvida esta posibilidad que ya marcaba Deleuze, y que enfatizan Baudrillard y Fisher: la carne-meat y la carne-flesh aún son vistas desde el falso dualismo del vitalismo (libertad-pasión) y el mecanicismo (ley causal-fuerza material cuantificable): el maquinismo deleuziano o el reversibilismo baudrillardiano o el materialismo gótico fisheriano, presentan un modo de pensar xeno-vita (cenobita), xenópata: la carne puede ser pensada en su materialidad activa no-mensurable, distinta del cuerpo que la organiza, y como un impulso constituyente extra-pasional o psicológico, donde libertad=necesariedad=azar=destino, todo desde una rueda destetada: ni un pedazo de carne manipulable, analizable, cruda, indigesta, por un sujeto (meat), ni el lugar de la mera pasión definida como instintos animales o meras emociones psicológicas, pensadas como desviaciones u opuestos del yo o alma, aquello de la carne que el hombre debe controlar o abrazar (flesh); sino algo más o(y) menos, algo otro, un realismo abstracto no-formal, una máquina libre, estratega: volverse objeto no es volverse mensurable, sino hipertélicamente obsceno hasta el punto de hacerse reversible, secreto y nuevamente seductor, hasta recuperar en la visibilidad festiva el secreto invisible de la cripta, de la gruta ritual. Lo erótico y el porno reversibilizados en el éxtasis hechizado de la inocencia experimental.
[ii] Esta ritualización del secreto de Sileno, la encontramos socializada y cristalizada en la ciudad y tragedia de Numancia. Estas son alguna de las investigaciones futuras acerca de la zona xeno-plasmática y la carne: Numancia (Historia-tragedia / Religión celtíbera-saturnal / devenires caballos-sangre / nemeton-dioses de la tierra / amputaciones, decapitaciones / Vaso de los Toros / Secreto de Sileno en Cabezas numantinas / Organización acéfala - imagen obsesiva de una tragedia - comunidad no-cesariana / conexión Templaria-Baphomet). Pornología superior: Klossowski, Baphomet y la complicidad demoníaca (, la exterioridad de las fuerzas psíquicas, posesión sin Modelo y Loas Vudú), Alianza con el demonio-anomal de la manada (Deleuze-Guattari), el Bataille brujo y alquimista de El ojo Pineal y El Ano Solar, el hinduísmo filosófico de Asuri, Principia Discordia y Erisianismo de Malaclypse, El Joven (Parodia disolutiva vs. Parodia intensificadora), Teatro alquímico (Artaud), y Teatro Sagrado (Peter Brook), Danza Butoh o Danza de las Tinieblas (revuelta de la carne en Japón).
Información extra:
Manikhem: Gema de Barro, diamante de lodo, el hombre de barro primordial, creado por Khnum el alfarero, luego insuflado de vida (el Golem, el homúnculo de los alquimistas), carbunclo rojo, infeccioso rubí, meta de La Gran Obra. Khem era también un dios egipcio (una confusión con el dios de la fertilidad, Min), y una forma de referirse a Egipto, la tierra negra (extraer la gema del lodo alude también a la transmutación alquímica de la materia en sus tres etapas más generales: nigredo-albedo-rubedo). La construcción lingüística “La Nueva Carne”, fue popularizada por la película de David Cronenberg: “Videodrome”, y aludía a la carne transformada por la tecnología y la simulación. Fue utilizada también, entre otros, por el brujo contemporáneo Andrew Chumbley en su texto “Sabiduría para la Nueva Carne”, en el que la misma indica el “Cuarto Camino” del Cultus Sabbati, y que básicamente denota cualquier estado de Intermedialidad o Encrucijada.