Thursday, July 12, 2007

De erratas muletológicas

“De por qué los palimpsestos no deben ser preparados por negros ni esclavos y de la conveniencia de cuidar que la tarea sea desarrollada por monjes o iniciados”

Por Lucio Arrillaga
Embajador Alógeno
Disquisidor del Niaepba (Novísimo instituto de Altos Estudios Patafísicos de Buenos Aires)


1.
La constatación de erratas en la última publicación de nuestra (nuestra no ya por impropia sino por expropiada) falla-patalógena ha logrado, un poco increíblemente, despertar sospechas. Sin ánimo de entrar en polémicas poco clandestinas y perder tiempo (pero si de escapar a Cronos), expreso inmediatamente lo necesario: la falla debería fallar por exceso o defecto indistintamente.
Celebremos entonces el accidente (a nada debemos temer: el cielo es nuestro aliado) y reconsideremos su precisa anexactitud:
Puede leerse en el texto Muletológica II tal cual fue publicado el 5 de febrero en la página http://www.falla-patalogena.blogspot.com/: “muleta hecha con hueso” mientras que el original expresa “muleta hecha de hueso”. Una errata, si bien importante, seguramente menor. Pero en las notas existen algunas erratas engañosas que transitan de la consistencia original a una dimensión equívoca, casi tenebrosa. Porque la última nota, en el libro comienza “El Misterio que trae aparejado” y en la actualización digital leemos “El Ministerion que trae aparejado”. Increíble, pero aún más increible es constatar inmediatamente que siempre es posible dar un paso más: unas líneas más abajo en lugar de “Acaso las intuiciones poéticas constituyan un medio transversal” aparece “Acaso las instituciones poéticas constituyan un medio transversal”. Evidentemente el escándalo es supremo.
Por último, casi al final, se lee “no es sencillo ser un polígono de tiro y no valer ni una bala” que no es lo mismo que decir (como en la edición de Tse=Tse) “y no valer ni la bala”.

2.
Desobligado de considerarme responsable, puedo-debo-(y)-pretendo admitir que estas erratas, si bien sólo se percibieron luego de su publicación, se han deslizado mientras el texto se encontraba bajo mi custodia (mía por ineficaz). Y esto sólo es interesante en tanto me permite presentar los resultados de la celerísima investigación iniciada por el NIAEPBA a partir del sumario abierto por el denunciante (que permanecerá en el anonimato por el momento).
Lo cierto es que poseo en mi computadora dos versiones de Muletología, la efectivamente editada por Tsé=Tsé y una anterior que no posee mayores diferencias. De alguna debí extraer el fragmento en cuestión. Fragmento cuya versión guardada en mi computadora posee efectivamente las erratas de la nota al pie pero no la del texto. Es decir, sólo en el soporte-interfax que utilicé con posterioridad apareció esa “muleta hecha con hueso” en lugar de la original “muleta hecha de hueso”. El caso de las erratas de la nota al pie, en cambio, se manifiesta como un enigma mucho más complicado cuya resolución tal vez sólo pueda encontrarse en ese esquivo Ministerion y su propio misterio.
Eso es todo lo que se nos está permitido saber, suficiente para permitirnos rememorar otras situaciones que vienen al caso (éste precisamente) sólo porque es necesario considerar el peligro que presentan y representan las múltiples maneras de estropearse en el tiempo que posee y no un texto. Estropearse al que errata remite del mismo modo que la ingenuidad remite al juego... o eso al menos pretendo afirmar sólo para la tranquilidad de todos.
3.
Para algunos puede haber pasado desapercibido, pero en el año 2003 la editorial francesa Gallimard reeditó (36 años después de su primera edición) La Dispartición de Georges Perec. Y unos meses más tarde, en febrero de 2004, debió retirar la totalidad de los libros aun sin vender del mercado. La razón fue escandalosa: se habían comprobado al menos tres apariciones de la vocal “e” en la novela que se caracteriza justamente por ser tal vez el lipograma más asombroso de la literatura. ¿Cómo pudieron entrometerse esas tres “e” en la edición de esta obra famosa justamente por excluirlas?
No entraremos aquí en detalles. Quienes deseen acceder a algunas hipótesis contempladas pueden dirigirse, por ejemplo, al interesante trabajo de Pablo Calvi titulado “La disparition (¿por qué volvió la "e" de Perec?)” publicado en The Howl
(http://www.thehowl.com.ar/contenidos/nota.asp?id=22).
Pero para in-formar lo que nos interesa puede rescatarse de ese mismo trabajo el siguiente fragmento:
“¿Podría el mismo Perec haber jugado esta broma a sus lectores? ¿Habrá decidido él la incorporación de una "e" en su novela varios años después de la publicación? Muchos descartan la intervención póstuma de Perec sobre la edición por improbable. Sin embargo, una entrevista publicada en Le Magazine Litteraire nro. 141, en octubre de 1978, abre aún más los signos de pregunta. En ella, Perec explica: "cada vez que se quiere aplicar un sistema hay algo que se resiente. Para poder funcionar con libertad interna, es necesario introducir voluntariamente un pequeño error. Es conocida la frase de [Paul] Klee: 'El genio es el error dentro del sistema' [...] es esta intervención lo que los Oulipianos llamamos clinamen".
4.
Tangencialmente queda así expresada la inconveniencia de confiar a negros y esclavos la tarea de borrar y preparar palimpsestos. E indicada, de cierta forma imprecisa, las ventajas de utilizar para tales fines a monjes o iniciados en ese magnífico arte.



Reseña sobre "Muletología" en HBA


Muletología/ Juan Salzano/ Tsé=Tsé

Por Lucio Arrillaga

(Reseña aparecida en la revista Hecho en Buenos Aires, Año 7, Nro. 80, Marzo de 2007)



La publicación de Muletología es un dato feliz, pues no contamos con demasiadas oportunidades de encontrar libros que conviden su lectura escapando a todo intento de clasificación. Y Juan Salzano nos regala un caso inquietante. Muletología es –ya Teatro, ya Destemplo– un libro que pierde constantemente su secreto al presentarse como sistema acabado, máquina conectiva–osificante, plataforma hacia lo elemental. Pero la lectura encontrará que el sistema deviene inmediatamente expresivo, la maquina no deja de estropearse en su funcionamiento y la plataforma dispara sin objetivo.
O como afirman, galantes, María La Marr y Tulia Tormenta en el apéndice: “Muletas, sostén, disfraz del sostén, pura conectividad medular. Alimentan enzarzamientos de prótesis bajo toda contextura, sugiriendo permanencia y maleabilidad, maravilla de imbricaciones, y en el Corazón mismo de toda posesión, turbulencia, delicia de lo dúctil.”
Por eso mismo Muletología tal vez debería presentarse tangencialmente y comenzar por fin una lectura intensa y diagonal. Perder así la atención y observar cómo irrumpe el amuleto, para luego descubrir que la muleta “sostiene menos de lo que lanza un disco o proyectil”. Porque en definitiva, entre la especulación filosófica y el desborde poético, Salzano no deja de escribir como si lanzara una piedra. Una posible (e innecesaria) excusa para recomendar una estrategia similar de lectura.