Tuesday, July 29, 2008

Reseña de Lorenzo García Vega para El Nuevo Herald



Publicado el domingo 27 de enero del 2008

DE IMPRENTA

Juan Salzano con muletas y brujos


LORENZO GARCIA VEGA
Especial/El Nuevo Herald



Fue al llegar a un café de Villa Freud, el sitio de los psicoanalistas de Buenos Aires, cuando, sin saber por qué, o quizás sí, quizás sabiendo por qué, ya que estaba acompañado por el joven dispuesto no sólo a dialogar conmigo, sino también dispuesto, entre otras cosas, a meterse por la cacería de las más disímiles piezas de eso, tremendazo, que nadie duda pueda ser lo brujo, se me ocurrió hablar de los hongos y, con ello, citar a Groucho Marx: Acuérdate, ya que, entre otras cosas, hemos estado hablando de las muletas que tú has inventado para andar por la muerte --le dije al joven acompañante, el joven que no podía ser otro que Juan Salzano--, lo que dijo Groucho Marx: ``Todos los hongos son comestibles, sólo que algunos por última vez''.
La mañana, debo señalarlo, era una espléndida mañana bonaerense. Una mañana en donde, para mayor esplendor de la Villa Freud en donde estábamos, no dejaban de estar presentes --en una azotea--, aunque ocultos --bajo disfraz--, unos psicoanalistas, lacanianos (y entre ellos, sobre todo, el tremendazo Germán García, quien preparándose para entrar en su consultorio psicoanalítico, e inspirándose en el esplendor de la mañana, recitó estas palabras de Macedonio Fernández:
''Pero se me dirá que hay sueños que cesan, / que se tornan tan rebeldes que nunca los recobramos; / hay los que se ocultan, las ocultaciones / de los que quizás existan / pero que no veremos ni reconoceremos más'') prestos a registrarlo todo.
Hongos con Groucho, pues, y esto además con muletas, y también con los brujos, y también con los lacanianos de la Villa Freud: fue el rebumbio de conversaciones (¿no le mencioné, también, al poeta de las muletas, cómo Sartre y la Beauvoir están siendo metamorfoseados, actualmente, en el Fred Astaire y la Ginger Rogers del existencialismo?) que tuve con el joven poeta Juan Salzano, para así entrar en la amistad por las calles de Buenos Aires, después de habernos conocido, personalmente, en la Estación Alógena que dirige el poeta Na Kar.
Y entonces, siguiendo en el café de Villa Freud, y después de que nos sirvieran el jerez, le pregunté a Juan por su libro, todavía inédito, Nosotros los brujos, y esto fue lo que él me contestó:
``Nosotros los brujos surge de las investigaciones en la Estación Alógena de este Buenos Aires donde estamos tomando jerez, en torno a prácticas y textos de la brujería. Esto con 15 autores hispanoamericanos y 2 ingleses. Mirá, Lorenzo, se trata de insertar a la brujería en el puro salsipuedes. O sea, en la escritura, en el cuerpo, en la naturaleza, en el ritual, en la performance, etc. Los brujos es la contribución de unos hispanoamericanos en una jineteada fuera de género. Y el libro sobre ellos será publicado por la editorial argentina Santiago Arcos, en algún momento del 2008''.
¿Entonces, con los brujos y con ''las muletas'' que has publicado en tsé-tsé, lo que te propones es el salsipuedes, y el rebumbio, y hasta que Fred Sartre y Ginger Simone se puedan materializar en una sesión espiritista?, le pregunté a Juan, poeta de las muletas, después de que pedí el tercer jerez.
''Bueno, sí'' --me contestó Juan Salzano--, ``todo eso, y las crepitaciones, y las reverberaciones que, por un golpe de luz o fuego, fluidifican los cuerpos y los arrastran junto al lenguaje hacia una extraña y diagonal intelección de la Intensidad''.
¡Atiza! --exclamé entonces, como dicen que, quizás parodiando a Groucho Marx, exclamó el rey Alfonso XIII, cuando se enteró de que España tenía un filósofo llamado Ortega y Gasset.
Juan Salzano entonces, éste que me acompañó en Villa Freud. Y puedo decir que, de entrada, lo que puede impulsar a leer, a comprender a este joven autor, es su fogosa inserción en un momento de la expresión argentina donde caben todos los delirios: neobarroco, neo barroso, destilaciones alquímicas, Orbita en Estación Alógena, Frente Dionisíaco, Laboratorio Sintético Deleuziano (L.S.D.), etc.
Juan Salzano, joven nacido en Buenos Aires en 1980, nos dice que ''ingirió filosofía, teatro, cine, literatura, música'', y esto para así saltar sobre el lector con un texto que ha publicado la editorial argentina tsé-tsé. Un texto llamado Muletología.
Pero ¿qué puede ser la muletología? Pues bien, Juan aclara, ¿aclara como para meternos mejor en el caos?, aclara con las siguientes palabras, y escuche bien para no despeñarse en el abismo el buenísimo Lector:
''La muletología es una panoseofía, con el elemento calcio hachando arriba y abajo entre mapas de entidades y auspicios, una mancia de metatarsos''. ¿Se entiende? Sí..., creo que se entiende, y si al principio no se logra entender, no olvide el Lector que está frente a una brillante muestra de esta expresión argentina actual donde otros poetas, como el Daniel Durand de Entre Ríos, también nos advierte que ''Cuanto más malo es un texto más lectores necesita'', razón por la cual llega a la sabrosa paradoja que se expresa así: 'Un texto que de tan bueno nunca / haga falta mostrárselo a nadie'' // ya que 'El poema perfecto no necesita lector''. O sea, que con esto estamos metiéndonos en esa buena concepción de la escritura de la que el crítico mexicano Gabriel Bernal Granados ha sabido marcar bien su filiación (Leonardo, Valéry, Elizondo) cuando nos señala en su texto En tiempo de dos eternidades: ``Los libros han sido escritos para ser leídos únicamente por sus autores', opinaba hacia finales de los sesenta Salvador Elizondo en uno de los aforismos de su Cuaderno de escritura. No puede ser de otra manera. El escritor no puede ser más que un aficionado a las cosas que atañen íntimamente a los ires y venires de su voluntad''.
Así que recomendamos las muletas de Juan Salzano, en espera de sus brujos. Creo que estamos frente a algo bueno para... el Autor, y quizás también para nosotros, si sabemos convertirnos en autores.•

1 comment:

Anonymous said...

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