Tuesday, January 10, 2006

Prótesis ósea: el tuétano del hueso o la flema virtual del hierático carbunclo.


Bien, bonum. Según los resultados que han arrojado los análisis de la Muleta, hemos alcanzado el Segundo Principio Muletológico.
Segundo Principio Muletológico:
Nunca originaria, siempre original, la muleta, esquema o esbozo, es la inaprehensibilidad del hueso mismo.
Escolio:
La osificación es entalcamiento, operación cosmética, muletológica.
Es apremiante, entonces, acometer un repaso de los análisis realizados hasta ahora.
Muletológica 3

REPETICIÓN SOBRE LA PRÓTESIS Y SUS ALTER-POSIBLES.

Hallar el punto exacto de la fractura del hueso pareciera una tarea vehementemente dificultosa. Sin embargo, es posible. Aparato estigmatizado por la sustitución absoluta, y no ya por la rígida funcionalidad del reemplazo relativo.
En la perspectiva tradicional, la muleta desempeña su papel de sustituta del hueso. Pero el descubrimiento de la fractura, de lo Abierto en el tejido óseo, del desprendimiento en el esbozo cartilaginoso revela el carácter suplementario del hueso mismo. El hueso siempre ha sido un esbozo cartilaginoso. La osificación no puede impedir el exceso muletológico de todo lo que el hueso puede ser. Este deslizamiento, este derrame del hueso en sus alter-posibles pone sobre la mesa (de disección) la figura de la muleta. Pero su capacidad de suplemento, su don de sustitución no remite ya a un hueso sin fracturas. Todo hueso inmaculado no es más que un callo óseo, una prótesis de sí mismo (de lo que de sí mismo se pierde).
El enigma que anuda al hueso a su forma es lo que lo hace excederse, ser-muleta, fingimiento. La muleta no viene a reemplazar al hueso, el hueso ya es reemplazo, ya es muleta. Está atravesado por una fractura eterna. Su morada es el seno de los desprendimientos. Su marca o estigma es el sacrificio. Lo medular consiste en que en el sacrificio la víctima es siempre una sustitución de sí misma. Se añade a sí misma como sacra (sacro de la disolución). Apunta hacia afuera sin dejar de remitir hacia adentro, a su fractura, a lo abierto: altervitancia. Lo que excede el hueso es parte de él, pero lo hace otro (es lo otro del hueso mismo). Ese es su carácter muletológico, su estigma sacrificial. Su carácter sacro, mágico, enigmático.
Es posible que el hueso remita a la necesidad de muletas y viceversa. Pero la Muletología busca la muleta mágica, enigmática, huidiza y proteica. Muleta que ya no remita a ningún soporte primero, liberada y extasiada en su propia espectralidad y eterna disolución. El hueso es el arte de ocultamiento que ensaya la muleta. Su pregunta: ¿cómo volverse hueso? (interrogante de entre-telones), alterna con la otra: ¿cómo volver a ser muleta flotante? ¿cómo ser Deshuesado?
Según este repaso, podemos enunciar un principio que resume o sintetiza los anteriores.
Principio Sintético de la Muletología:
La muleta no viene a reemplazar al hueso, el hueso ya es reemplazo, ya es muleta.
En próximos análisis, además de una pequeña guía provisoria de investigación muletológica, ingresaremos en el terreno resbaladizo, viscoso, del Deshuesado. Auscultaremos también el Amuleto y la A-muletología, además de nuevos, impensados, desarrollos de la ciencia.

[1] Hueso deshuesado / Esqueleto Deshuesado. Diccionario ortopédico => Muleta: sustitución absoluta. Hueso deshuesado (fractura eterna): sustitución absoluta. Sin embargo, lo totalmente informe es imposible. La Pura Muleta no es pura potencia ni pura forma, es transeúncia. Por ello, la osificación es necesaria. Allí se contonea el escualo anfibio. ¿Inapresable? Habría que preguntarse si la figura sacrificial de la muleta no es otra osificación, otra pantomima: contractura del deseo. O si la cualidad ornamental de un hueso como el marfil no es apoteótica. O si el Amuleto no es aquello que carece-de-muletas, aquello que no puede ser sustituido, pues es sustitución de sí mismo, muleta de sí mismo.ª
ª Un Programa de Investigación Muletológica emerge necesariamente de estas babas y nos sume en el desconcierto. Tal vez, ya sea hora de caer en las interrupciones de esta transmisión. Tal vez, lleguemos tarde a nuestra propia sustitución. ¡Empalado redentor! Ni amuletos, ni armaduras, ni estetoscopios sobreviven. Desde lejos puede verse el hilo suelto en la sutura. La disolución exige la última palabra. La germinación de mundos, sin embargo, no acaba de morir. La muerte es imposible. El decorado posible presenta un hueso en mosaico (ver Muletológica 1, en "¿Primeros principios de una ciencia muletológica?"). El Burro poeta, estimulado, vuelve a probar el ponche. Hasta su olfato llega, súbitamente, un hedor indescriptible. Se acerca un devenir murgiflambólico. El hedor gana en distinción.

8 comments:

Anonymous said...

Ideas al palo, taría bueno que me aclares, desde aquí, en qué es común y en que no, con esto, los supuestos muletológicos. TE FELICITO, MUY BUENA LA ESCRITURA.

Todo es su propia sustitución, de alguna manera la inmanencia del cuerpo, su ser mostrar-se mismo, constituye la excedencia pura, inabarcable, acontecida. Un culo que habla, un pito que concha, inevitable lengua del cuerpo, de la no lengua. El verbo, el puro verbo. Sólo se es cuerpo siendo lenguaje, desplazamiento devenido, aión, pasado-futuro, ¿Cristianismo del cuerpo?. "no difieres más de mi que tu pierna derecha, lo que nos separa, es el sueño de la razón que engendra monstruos", una vez que nos acostamos con nuestra madre ya no hay nombre ni madre ni nada, sacrificio, gozo, intensidad, cuerpo, no cuerpo.

UN PIBE.

El muletólogo said...

Como breve respuesta al visitante anónimo: ahí veo a Deleuze (en el aión, principalmente). Te diría que si solo se es cuerpo siendo lenguaje, diría porque el lenguaje se estructura como un cuerpo. Sin embargo, si el lenguaje es excedencia, debe también serlo del mismo lenguaje hacia lo extra-lingüístico, hacia la cariótida, hacia el tuétano (el cuerpo sin órganos, o acaso la carne como distinta del cuerpo). He recibido desarrollos de la muletología de varios lectores, los cuales la han llevado hasta la brujería, la cábala, la alquimia y el tarot. No hay ningún problema, es estimulante, siempre y cuando se comprenda que la muleta exterior debe ser destruida (si esto sucede, el hueso también debe serlo). Así, acabaremos en la baba muletológica. Pero a no creer que se sume en el caos, en el mero desorden: el caos es sencillamente otro orden, un orden imprevisto. Olvidemos el lenguaje; no es más que un umbral. El hueso es una baba, un polvo hermético (un sexo crátera). saludos.

El muletólogo said...

Obvié la referencia al "sueño de la razón"; y, claro, me recuerda a Goya. saludos.

Anonymous said...

Breve aclaración de fuente:

lo del sueño razón lo he visto
precedido en un escrito de bataille por lo siguiente: "no difieres mas de mi que tu pierna derecha de tu pierna izquierda". No es esto de Goya creo, pero Bataille se lo une a la frase de goya en una misma frase, y termina pero "lo que nos une" es el sueño de la razón... y yo he cambiado, un poco por boludez, un poco porque lo quise, "lo que nos une" por "lo que nos separa". Pues dado el caso, ya es lo mismo.

El muletólogo said...

Sí, escucho la resonancia. Si te es posible, ¿me recordarías en qué texto o libro del querido Georges Bataille aparece la expresión? Porque recuerdo esa frase muy bien y quiero recuperar el link mental.
Te cuento además que el Blog se sigue actualizando y quizá este año comiencen a hacerse experimentos muletológicos-performáticos en diversos lugares, incluyendo la Estación Alógena (si te interesa, dejá un mail al cual poder enviar las invitaciones). Saludos!
Xeno Numantis.

Anonymous said...

El libro de Bataille es Teoría de la religión.

Mi mail ya lo tenés. De ahí saqué la dirección del blog.

Es: mnicoar@yahoo.com.ar

Saludos.

Anonymous said...

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Anonymous said...

Brim over I agree but I about the brief should secure more info then it has.